Necesitamos que Greta
Thunberg vuelva a España para meternos con ella. Cuando se marchó en
diciembre parecía un alivio porque nos librábamos de sus lecciones, pero es que
ahora estamos peor. Ahora sabemos que gracias a su presencia la Conferencia de
la ONU sobre Cambio Climático de diciembre en Madrid fue más llevadera. Nos metíamos
con ella, hacíamos algún chiste y así teníamos defensa contra todos esos datos
apabullantes que indican que las cosas van mal, que tenemos que hacer algo y
tenemos que hacerlo ya. Pero es que la COP25 acabó, Greta se marchó y las malas
noticias siguen. Y es un problema porque ya no tenemos con quién meternos para
disimular.
Hace tiempo que los
científicos quieren fastidiarnos la fiesta con sus sesudos estudios sobre el
impacto del hombre sobre el medio ambiente, pero son inofensivos. Cuanto más
pesados se ponen con sus datos largos, aburridos y difíciles de entender, menos
caso les hace nadie. Nadie atiende a los científicos porque ni son famosos ni cantan
ni cocinan ni saben gritar “¡Estefaníaaa!” ni les hace caso ningún programa de
tele. Solo valen para vender detergente y hacer series de crímenes. Pero desde
que son los telediarios quienes se empeñan en dar malas noticias sobre el
calentamiento global, la cosa cambia y es más difícil ignorar los avisos.
Por eso tiene que
volver Greta, para distraer la atención metiéndonos con ella. Como hizo ahí atrás
Carmen Lomana, que la llamó “patética” y señaló “la cara de
cabreada y perturbada que tiene” así como sus “múltiples problemas
psicológicos”. O como hizo Fran Cuesta, ese personaje con más afán
de protagonismo que Leticia Sabater. Frank publicó un vídeo
interpretando a un “bicho” llamado “Gretus amargatus: un animal que
os podéis encontrar en cualquier evento sobre el cambio climático”. O Antonio
Resines: “A ver, la niña es rara, eso sí, porque tiene un ojo así un
poquillo...”. ¡Qué gracia y qué arte! Por eso, querida Greta, yo te digo,
vente pa’ Madrid, porque aquí en Madrid está lo mejor.
Joder, Carmen Lomana hablando de las caras de otras personas... ¡Cágate! Y del subnormal de Frank, ¿qué podemos esperar? Como dices, ganas de llamar la atención. Menuda fauna, lástima que esta no esté en peligro de extinción para darle la puntilla.
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