Mucha hipocresía es
lo que hay. Por una monja en “Operación Triunfo”, mira cómo se ponen. Las
monjas siempre fueron un recurso televisivo de primer orden, como las abuelas bondadosas
y los niños traviesos. Si un anuncio de refrescos o sopas de sobre quería triunfar
debía incluir una monja simpática y pizpireta. Y ahora unos intransigentes denuncian
que una monja no pinta nada en la Academia de “OT” vendiendo sus productos
durante una hora. Como si el objetivo de “OT” fuera la música y no hacer televisión.
Como si la convivencia en la Academia buscara enseñar a los triunfitos y no producir
contenidos para un reality show. Como si “OT” no fuera uno de los programas
que mejor permite usar mil trucos para incluir publicidad en TVE pese a que la ley
la prohíbe desde aquella campaña “Sin Publi”. Eso es lo que hay: mucha, mucha, hipocresía
(más fuerza, Sabina).
Sabemos que “OT”
programa actividades cuyo único fin es publicitar diferentes productos. Llevan
a los concursantes como borregos a una sala donde hay Donettes y hacen un enorme
anuncio publicitario en el que Noemí Galera los anima a comer Donettes y
decir mucho “Donettes”, pero no a oír lo que dice un nutricionista de estos
atracones ni a decir “bollería industrial”. Llevan a los concursantes como borregos
en un coche Seat en vez de en autobús mientras hablan de lo bien que suena la
música en un Seat y dicen mucho “Seat”. Llevan a los concursantes como borregos
a una sala donde les regalan cámaras Olympus, estrenan las cámaras Olympus y dicen
mucho “Olympus”. A ver por qué no pueden llevar a los concursantes como borregos
a que una monja publicite su ideología y sus productos, regale merchandising,
se emocionen y digan mucho “Invulnerables”.
Allá sor Lucía
si es tan guay que suelta tacos como “jodido”, toma el nombre de Dios en
vano diciendo “ni Dios”, o subida a la plataforma del universalismo
católico usa
TVE para publicitar
una asociación como “Invulnerables” que no es universal y está actuando en poco
más de una decena de municipios catalanes. Lo que no se entiende es que TVE no pusiera
el aviso de “Publicidad” como hizo otras veces. Si en vez de una monja,
fuera un jamón, lo habría hecho.
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