¿Disculparse? ¿Pero por qué? El anuncio promocional de la Gala de los Goya parodiaba la famosísima escena de “Cuando Harry encontró a Sally” en la que Meg Ryan fingía un orgasmo poniéndose a gemir ruidosamente en la mesa de un restaurante. En el remake que hicieron Silvia Abril y Andreu Buenafuente, ella también gimotea encantada, pero en relación a los premios Goya, dando a entender que las películas del cine español le provocan un gran placer. La nueva escena no tiene nada de sexual, absolutamente nada, salvo su guiño a la peli de Rob Reiner, que sólo podrán apreciar los adultos con una cierta formación cinematográfica.
Pero algún espectador, ay, se ofendió, algún espectador cuyos ojos -como casi siempre- son los que pusieron la interpretación morbosa a unas imágenes que por sí mismas son tan cándidas como la familia Telerín. Vamos, la dinámica habitual del puritanismo. Y envió su queja a “RTVE responde”, el metaprograma de La 2 en donde RTVE habla sobre RTVE. Allí, un responsable de la televisión pública, en vez de ignorar tal queja o llamar pervertido puritano al espectador, va y suelta que “no estaba en nuestra intención herir la sensibilidad de ningún espectador, pero si alguien se ha sentido molesto le rogamos que nos disculpe”.
Me parece intolerable. Ahora que las pamplinas moralistas nos acosan a derecha e izquierda, no se puede ceder ante una queja ridícula, sólo apoyada en la invocación sacrosanta a una sensibilidad ofendida que no puede ser discutida. ¿La televisión que yo pago se disculpa porque un espectador se ha sentido molesto, sea como sea de razonable su molestia? De ninguna manera. En los servicios públicos el usuario no siempre tiene la razón. Por ello, anuncio que presentaré una queja formal al programa “RTVE responde” por tal comportamiento, y animo a los lectores a hacer lo mismo. No basaré mi queja en mis sentimientos dolidos, sino en el argumento que acabo de presentar. Espero que traten mi malestar igual que el del puritano ofendido. Lo veremos. Se lo contaré dentro de unas semanas. Abro hilo.
ACTUALIZACIÓN DE LAS 10 DE LA MAÑANA:
Éste es el texto que he enviado al Defensor del Espectador de RTVE, por si algún lector quiere usarlo para su propia queja:
"En el último "RTVE responde" se pidieron disculpas "a los espectadores que pudieron haberse sentido ofendidos" por el anuncio de promoción de la gala de los Goya, en el que se parodiaba una famosa escena de "Cuando Harry encontró a Sally". Ese anuncio sólo mostraba a Silvia Abril gimiendo de placer ante la idea de presentar la gala de los Goya, sin que se aprecie el menor contenido sexual, salvo su guiño a la película de Rob Reiner, guiño que sólo podrán apreciar los adultos con una cierta formación cinematográfica.
Me parece muy inadecuado, ahora que nos acosan puritanismos a derechas e izquierdas, ceder ante una queja totalmente injustificada, sólo apoyada en la invocación sacrosanta a una sensibilidad ofendida que al parecer no puede ser discutida. En los servicios públicos el usuario no siempre tiene la razón. Como espectador habitual de mi televisión pública, entiendo que ésta ha de valorar las quejas que se presentan y disculparse únicamente por aquéllas que tengan un fundamento. Muchos amigos y conocidos míos, al igual que yo, discrepan radicalmente del comportamiento de "RTVE responde".
Solicito con todo respeto que RTVE se disculpe por haberse disculpado con el espectador ofendido por el anuncio de la gala de los Goya. Y para ello no me baso en sentimientos subjetivos, sino en los argumentos presentados en los párrafos anteriores. Creo que, al menos, tengo derecho al mismo trato que dispensaron a dicho espectador."
ACTUALIZACIÓN DE LAS 10 DE LA MAÑANA:
Éste es el texto que he enviado al Defensor del Espectador de RTVE, por si algún lector quiere usarlo para su propia queja:
"En el último "RTVE responde" se pidieron disculpas "a los espectadores que pudieron haberse sentido ofendidos" por el anuncio de promoción de la gala de los Goya, en el que se parodiaba una famosa escena de "Cuando Harry encontró a Sally". Ese anuncio sólo mostraba a Silvia Abril gimiendo de placer ante la idea de presentar la gala de los Goya, sin que se aprecie el menor contenido sexual, salvo su guiño a la película de Rob Reiner, guiño que sólo podrán apreciar los adultos con una cierta formación cinematográfica.
Me parece muy inadecuado, ahora que nos acosan puritanismos a derechas e izquierdas, ceder ante una queja totalmente injustificada, sólo apoyada en la invocación sacrosanta a una sensibilidad ofendida que al parecer no puede ser discutida. En los servicios públicos el usuario no siempre tiene la razón. Como espectador habitual de mi televisión pública, entiendo que ésta ha de valorar las quejas que se presentan y disculparse únicamente por aquéllas que tengan un fundamento. Muchos amigos y conocidos míos, al igual que yo, discrepan radicalmente del comportamiento de "RTVE responde".
Solicito con todo respeto que RTVE se disculpe por haberse disculpado con el espectador ofendido por el anuncio de la gala de los Goya. Y para ello no me baso en sentimientos subjetivos, sino en los argumentos presentados en los párrafos anteriores. Creo que, al menos, tengo derecho al mismo trato que dispensaron a dicho espectador."
6 comentarios:
Sembrados en vuestra línea habitual. Procedo a sumar mi queja a la vuestra. ¿Hacemos porra a que ni juntando "cienes" de protestas, se van a dignar a responder o a publicar la más mínima mención? Usando la terminología del enemigo, ¿podríamos acusarlos de defensores del espectador cobardes?
Me uno y me responden a los 5 minutos con un copia pega:
"Apreciado comunicante.
Gracias por su correo. Siento que le moleste que el responsable diga en la explicación que “ no estaba en nuestra intención herir la sensibilidad de ningún espectador pero, si alguien se ha sentido ofendido, le pedimos disculpas “. También, que le moleste que haya telespectadores que no considerasen adecuada la promoción para determinados horarios del día, incluidas la franja de protección reforzada para la infancia. Por último, que considere que quienes piensan así no tienen derecho a ser escuchados en la televisión pública. Las personas que nos escriben nos trasladan sus puntos de vista; nosotros les damos el nuestro. Si consideramos que hemos actuado correctamente, como es el caso, les explicamos por qué lo hemos hecho; si se han molestado, les decimos que no ha sido nuestra intención. Eso no implica, como considera usted erróneamente, que les demos la razón ni que vayamos a condicionar nuestras actuaciones por su parecer. Por tanto y dado que en la respuesta del responsable del servicio no se ha reconocido ninguna vulneración de las leyes y normativas que regulan el funcionamiento de la televisión pública y que lo único que se ha utilizado es una fórmula de cortesía en la respuesta, su petición carece de fundamento. Estaré encantado de atener cualquier otra cuestión que nos trasladé. Un cordial saludo.
Ángel Nodal
Defensor de la Audiencia".
Así que, que lo sepáis: "no tenemos derecho a ser escuchados en la televisión pública" que pagamos todos.
Bah , algun votante de Vox , porque
no son ellos los que dirijen el ente
publico, que a mi no me haria gracia
mantener Tve con mis impuestos para
ve misa y toros todo el rato .
A mi me han contestado exactamente lo mismo. Les he vuelto a remitir un correo:
disculpar
De disculpa.
1. tr. Dar razones o pruebas que descarguen de una culpa o delito. U. t. c. prnl.
2. tr. coloq. No tomar en cuenta o perdonar las faltas y omisiones que alguien comete.
3. prnl. Pedir indulgencia por lo que ha causado o puede causar daño.
Un saludo
Ojiplático me he quedado. Ya ni parodiar se va a poder en este país que, los que nacimos en los 70, estamos viendo cómo retrocede culturalmente a pasos agigantados. Vivimos tiempos de lo políticamente correcto, dónde se emiten programas basura y se ven escenas gore en los telediarios, pero eso no importa. En fin, a mí personalmente, no me van a violar mi libertad
¿"Apreciado comunicante" y el nivelazo del texto que le sigue? ¿Carece RTVE de los medios económicos imprescindibles que le permitan pagar, para ocupar esa plaza del Defensor de la Audiencia tras exigente convocatoria pública, a alguien que escriba mínimamente con el desparpajo propio de una Elvira Lindo, un Javier Marías, una Almudena Grandes o incluso un Javier Cercas? En fin...
En cuanto al estribillo de catecismo de urbanidad siglo veintiuno: «No estaba en nuestra intención herir la sensibilidad de ningún espectador, pero si alguien se ha sentido molesto le rogamos que nos disculpe», siento transmitir a cualquiera que se crea persona, es decir, individuo de la especie humana, que ya no hay esperanza para ninguno de nosotros. Lo que está llegando es de nuevo el mono desnudo, la mala bestia o, si se prefiere, el idiota. Pero tampoco el idiota a secas, no, el idiota revestido de su pellejo preferido, la ignorancia supina y la milonguita puritana yanquilandesa, a estas alturas ya universalizada, del disculpa, por Dios, si te he molestado, respeto todas la opiniones, incluida la baba del tontolaba.
Cuando mi nieto, berlinés, llegó a Valencia el pasado septiembre para seguir un curso en un IES me lo llevé a comer a la terracita de un restaurante próximo a casa. Llegado de tanta obscuridad centroeuropea en todo sentido, el ramillete de bondades que, de pronto, se le desparramaron a raudales a un adolescente de catorce años, es decir, la luz y el solecito, la amable cordialidad de la ciudadanía, la excelencia del bellota, el all i pebre, el ajo arriero y la lubina 'salvaje' que acababa de engullir su metro ochenta largo, a punto de hacer lo mismo con un brownie que incitaba al pecado, el monstruito alemán-español empezó a ronronear como una gata y, ya que a la abuela se le había despertado una sonrisa, a fingir, pero sin llegarle al tobillo a Meg Ryan, un orgasmo de aquí te espero. Muy apurada porque el espacio entre mesa y mesa en aquella terraza era mínimo, lo miré con los ojos de un asesino en serie, "¡Cállate, idiota o mañana te remito a tu pueblo". Pero para entonces ya los comensales de las dos mesas inmediatas se "estaban partiendo el culo", en frase también del reincidente berlinés. Avergonzada, pedí disculpas con la mirada, pero diría que todos estábamos más que satisfechos con el restaurante, con lo engullido y con la simpática, amable e inteligente complicidad sin duda caída del cielo o de la gastronomía y el calorcito mediterráneos.
Pero, vamos, la anécdota es excepción que remite a un pasado humano. Lo que está por llegar, o se ha instalado ya entre nosotros, es la necedad de un mono estúpido que no alcanza ni a silabear como es lógico y natural.
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