29/12/19

UN JESUCRISTO DE RAZA NEGRA

Ya está bien. Netflix ha producido un especial de navidad del grupo humorístico brasileño Porta dos Fundos, bajo el título “La primera tentación de Cristo”, en donde se presenta una versión gay de Jesucristo. El filme ha producido una lógica indignación entre la mayoría cristiana brasileña y sudamericana en su conjunto, llegando a registrarse ataques con cócteles molotov contra la sede del grupo Porta dos Fundos en Río de Janeiro, y una intensa campaña en las redes sociales a nivel continental para alentar a los subcriptores a darse de baja en Netflix mientras la plataforma mantenga dicha película en su catálogo.

Era esperable esta reacción. Es la gota que colma el vaso. ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar tergiversaciones que desvirtúan a nuestros personajes históricos o de ficción favoritos? En el último reboot del Spiderman de Marvel, la tía May es presentada como una cuarentañera, cuando todos sabemos que en el relato original ronda los ochenta años. Intolerable. En “The man in the high castle”, se juega con la posibilidad de que Hitler ganara la guerra, y podemos verle envejecido y con la enfermedad de Parkinson en la década de los sesenta. Qué falta de respeto. Una especial inquina se ha practicado contra la figura de Sherlock Holmes, al que podemos ver en “Sherlock” viviendo en el Londres del siglo XXI, y en “Elementary” acompañado de una Watson ¡mujer y asiática! ¿Es que la sensibilidad y los sentimientos de millones de seguidores del detective inglés no le importan a nadie? El “Julio Cesar” de Shakespeare, el Sombrerero Loco de Tim Burton, el Freddie Mercury de “Bohemian Rapsody”…

¿Es que estos guionistas no saben hacer ficción sin ajustarse a la realidad? Es importante que la sociedad civil se haga oír y encabece la protesta por estas ofensas, ante la pasividad cómplice de nuestros políticos. De no ser así, acabaremos viendo en una serie de televisión un Batman con una capa blanca o un Jesucristo de raza negra.

3 comentarios:

  1. Todos los fundamentalistas deberían morir YA. Y soy totalmente fundamentalista con esto. Hay que reírse por no llorar, la p. madre que los parió

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  2. Estoy de acuerdo. Yo quiero un Jesucristo como debe ser: muy moreno, de pelo negro, largo, muy largo y rizoso, ensortijado; patillas trenzadas asomando bajo un sombrero, también negro y de alas muy amplias, y embutido (Él, no el pelo) en un gabán oscuro y hasta los pies. Cejas pobladas, casi hirsutas, ojos negros, mirada limpia, un tanto exaltada cuando sermonea en la montaña, labios gordezuelos, zoqueta alargada y ni muy alto ni muy bajo.

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  3. Ah, me he dejado la barba y el bigote: el bigote muy frondoso casi tapándole la boca. Y la barba como la de un rabino ultraortodoxo, para que me entendáis.

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