18/12/19

TONY SOPRANO Y LOS HUESOS DE SÓCRATES


James Poniewozik, crítico de televisión de “The New York Times”, sostiene en su libro “La audiencia de uno: Donald Trump, televisión y la fractura de América” que antes de Donald Trump tuvo que existir Tony Soprano, y que personajes como el jefe la mafia de Nueva Jersey en “Los Soprano”o los publicistas de “Mad Men” prepararon el terreno para que un tipo tan duro y amoral como Trump llegara a la presidencia de los Estados Unidos. ¿Creen que Poniewozik se equivoca? ¿Les parece exagerado decir que Trump y la televisión crecieron a la vez? ¿No hay ninguna relación entre Tony Soprano y Trump, como tampoco la hubo entre las series “Dallas” y “Dinastía” y la América de Ronald Reagan? Sócrates criticaba a los que eran incapaces de distinguir entre la causa de una cosa y las condiciones sin las que no podría ser una causa. ¿Los discursos anti inmigración y las horribles mentiras de la ultraderecha son las causa del ataque contra un centro de “menas” de Madrid? Puede que no. Pero los discursos de odio y las mentiras son parte de las condiciones que provocan ataques a un centro de menores, insultos a extranjeros en el metro o votos que piden limpiar España de extranjeros pobres que no saben jugar bien al fútbol.

Después de ser condenado a muerte, Sócrates no estaba sentado esperando beber la cicuta por cierta disposición de sus huesos, músculos y tendones, sino porque aceptó la decisión del tribunal compuesto por ciudadanos atenienses. Si a Sócrates le hubiera parecido mejor huir a otra ciudad para evitar la cicuta, esos mismos huesos, músculos y tendones le habrían llevado hasta allí. Es decir, las explicaciones puramente mecanicistas no explican nada. Claro que los huesos, músculos y tendones de Sócrates hicieron que permaneciera en Atenas hasta que le ofrecieron la copa con cicuta, pero no son esos huesos, músculos y tendones los que explican la decisión de Sócrates de no abandonar la ciudad a la que tanto amaba y tantísimo había criticado. ¿Eso quiere decir que Sócrates culparía a Tony Soprano y a Don Draper de que Trump alcanzara, partiendo de la nada de los “reality shows”, la cima de la miseria moral sentado en el despacho oval de la Casa Blanca? Sigue siendo demasiado reduccionista. ¿Qué ocurrió para que calara la idea de que en un mundo duro y amoral, solo los duros y amorales pueden tener éxito? ¿Cuáles fueron las condiciones que parieron a Tony Soprano y, después, a Donald Trump? ¿Por qué demonios Sócrates no cogió un barco en el Pireo y se fue lejos de Atenas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grandioso artículo, deberís venir en las primeras de todos los periódicos y no tan escondido. Felicidades