No, Tamara, a la
entrada de la Academia platónica no ponía: “Nadie entre aquí sin saber
gastronomía”. Lo que había que saber es geometría. También eran importantes la
aritmética, la música. Y la astronomía, pero sin “g” inicial. Así que de
gastronomía, nada. La música era importante porque permite entender la
aritmética que hay tras las armonías musicales. Y la astronomía porque permite entender
la geometría que hay tras los movimientos de los astros. Pero de gastronomía, Platón no dijo ni pío. Nunca dijo que tras
la gastronomía hubiera matemáticas por ningún lado, ni que fuera importante
para nada, al menos para nada bueno. Así que, malas noticias, la gastronomía no
es la suma de geometría y astronomía.
Lo siento, Tamara,
aunque estás en una nube tras ganar “MasterChef celebrity 4”, Platón no te
felicitaría. Lamentaría que te dedicaras a satisfacer los deseos culinarios y
las bajas pasiones gastronómicas en lugar de estudiar matemáticas. Era un
hombre un poco exagerado. Necesitamos alimentarnos y todos preferimos que la
comida esté rica. Pero aunque comer sea importante, no hay que pasarse. También
es importante que un cuchillo corte bien y no por eso se entiende esa locura de
programa que es “Forjado a fuego”. Así que no desprecies a Platón: ten en
cuenta que él sabe más de ti que tú de él.
El problema,
Tamara, es que “MasterChef” ni siquiera es un programa de gastronomía, sino un reality show. Y que “MasterChef
celebrity” es solo su insoportable versión VIP sin decir “VIP” para evitar
demandas de “GH VIP”. Y que “MasterChef celebrity 4” fue la edición VIP más
babosa de todas. La cocina de verdad, la cocina de comer quedó más lejos que
nunca sepultada tras toneladas de pijaditas, besitos, riñas, lloros, risas, nervios,
favoritismos, enfados, amistades, enemistades, cotilleos, expulsiones sorpresa,
repescas sorpresa y visitas sorpresa de familiares sorpresa. Y, oye, Tamara, vale
que tu mami se plantara en la final a cambio de sabe Dios qué; pero ver a Mario
Vargas Llosa reducido a la condición de “celebrity” es bien triste.
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