No seamos quisquillosos.
También en Mediaset, capital Telecinco, hay historias edificantes. Rafa Mora,
esa intensa oda al recauchutado, los anabolizantes y el clembuterol, es el feliz
protagonista de la más reciente. Aquel jovenzuelo que hace diez años comenzó una
incierta carrera profesional como trozo de carne en “Mujeres y hombres y
viceversa”, hoy está al frente de “Cazamariposas”, uno de los programas
estrella de la empresa italiana.
Sobrevivir en
un medio tan competitivo no es fácil, y menos si tu capacidad profesional,
versatilidad y facilidad de palabra se sitúa entre los de una goma de borrar y un
tomate de invernadero. Aun así, y gracias a lo mucho que dio que hablar en “Supervivientes”,
consiguió trabajo en “Sálvame” como material combustible en la hoguera de las
vanidades. Allí tocó techo el día que se hizo una entrevista a sí mismo y consiguió
arrancarse este titular: “Soy un referente para muchos jóvenes, he
condicionado a una generación entera”.
Pero oscuros
nubarrones se cernían sobre su futuro. Con miedo a ver frenada su carrera, vio el
cielo abierto hace unos días cuando el presentador de “Cazamariposas” entró en
directo a “Sálvame” y le hizo una propuesta deslumbrante. Le ofreció hacer un
casting para presentar “Cazamariposas”, para lo cual debería ir antes por el
programa, preparar su propio guion sin apenas tiempo y presentar una entrega en
directo supliendo la falta de cue con memoria y capacidad de improvisación. Aceptó,
fue, lo hizo, y la cagó de tal manera que fue el hazmerreír de Mediaset. En “Sálvame”
le dedicaron un programa para pitorrearse de él en su cara dándole cera por
turnos.
Rafa ha vuelto
a triunfar. No ha logrado su sueño de ser presentador, pero al menos sí una cabezadita:
¡lo han contratado como copresentador interino veraniego sustituto en prácticas
de momento! Hemos de reconocer que la historia es edificante. Otra cosa es qué es
lo que se está edificando en ella.
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