12/8/19

RÓMULO Y AMÉN


La productora italiana de la serie “Gomorra” prepara una serie de diez capítulos sobre Rómulo, el fundador mítico de la ciudad de Roma. En latín. ¿Latín? ¿Esa lengua muerta o, como mucho, zombi? Pues sí. En el cajero automático de Instituto para las Obras de Religión, en la Ciudad del Vaticano, es posible sacar dinero (“Deductio ex pecunia”) o consultar los movimientos realizados (“Negotium argentarium”) utilizando el latín. El gran Emilio del Río muestra y demuestra en su libro “Latín lovers” (un título a la altura de “Catering Deneuve” para una empresa de catering, o “Poncio Pilates” para un negocio de entrenamiento físico extremo) que el latín está tan incrustado en nuestra vida cotidiana como los clásicos del cine, de la música o de la literatura. El latín se niega a morir en los institutos y universidades como si fuera un Rambo en territorio hostil, un LP en un mundo que prefiere la nube a las estanterías o un paquete de pipas amenazado por el imperio de las palomitas. ¿Una serie de televisión íntegramente en latín? Gaudeamus igitur.

El empresario estadounidense Henry Ford, el padre de las modernas cadenas de producción y el hombre que transformó para siempre la industria del automóvil con su Ford T, decía que si hubiera preguntado a sus clientes qué necesitaban, habrían dicho que un caballo mejor. Pero Ford ofreció a sus clientes algo mejor que un caballo con grandes prestaciones. Les ofreció un coche a buen precio. Si los productores televisivos preguntaran a los espectadores qué series necesitamos, a lo mejor pediríamos series con mejores dragones, o mejores chistes entre físicos, o mejores atracos en casas de papel, o mejores detectives. Pero a esos productores italianos chiflados se les ha ocurrido algo mejor que un dragón, un chiste con el gato de Schrödinger, un atraco que se complica hasta el infinito y más allá o un Sherlock Holmes con teléfono móvil. Una serie hablada en latín protagonizada por un tipo que fue amamantado por una loba y que tenía un hermano con el que finalmente resultó que no se llevaba muy bien. Ahí queda eso. Ford inventó el coche para las masas y “Romulus” ofrecerá latín para el pueblo. ¿Echábamos de menos “Roma” o incluso la brutal y excesiva “Spartacus”? Pues ahí está “Romulus”. Amén.

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