Todos los telediarios
recogen esa campaña de la Junta de Andalucía contra la violencia machista en la
que todo es alegría, optimismo y sonrisas happy flower. En los magacines
y tertulias no entienden el hermoso mensaje que transmite y lo despellejan sin
piedad. ¿No dice la Junta que se trata de ver la violencia machista “en
positivo”, tan “en positivo” que prefieren llamarla “malos tratos” para que no
parezca tanto? Coño, pues habrá que ser justos y analizar “en positivo” la
campaña “en positivo”.
Lo primero,
las modelos. Son señoras de sabe Dios dónde —por la pinta pon que de Estados
Unidos o Bélgica— que antes solo podían representar a mujeres de esos lugares,
pero que ahora, ¡alehop!, también representan a las mujeres andaluzas. Su
registro también estaba limitado porque sus sonrisas solo servían para anunciar
clínicas dentales, planes de pensiones o marcas de champú, pero ahora también sirven
para luchar contra el tráfico de armas, la esclavitud infantil y cualquier otra
lacra… siempre que se haga “en positivo”, claro. Ya solo queda localizar a
estas señoras y contarles que son tan buenas representando a mujeres andaluzas
víctimas de la violencia machista muertas de risa que la Junta se vino arriba y
las presenta con este texto: “Advertencia: las mujeres que van a ver a continuación
han sido víctimas de malos tratos”. Les encantará.
Lo segundo, las
campañas institucionales. Se acabó la tristeza y el mal rollo. La tele se
llenará anuncios con risas, fiesta y cachondeo a tutiplén. ¿Campaña contra la
ludopatía en menores de edad? Chavales descacharrándose y padres sonrientes.
¿Campaña contra las drogas, el tabaco, el alcohol, las enfermedades de
transmisión sexual, la explotación laboral y contra los accidentes de tráfico
donde no veíamos más que muertes y desgracias? Pues ahora todo va a ser gente
más feliz que un regaliz.
Y ya solo
falta explicar “en positivo” esta campaña a las mujeres víctimas de la
violencia machista. A ver quién se atreve.
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