Ha terminado
la mejor edición de “MasterChef” de la historia. Tras la final de “MasterChef 7”
deberíamos haber visto a Toñi Prieto, directora de entretenimiento de la
corporación, recogiendo premios españoles, premios por el mundo y premios
españoles por el mundo, pero no. En vez de eso vimos en el programa “RTVE
responde” cómo unos telespectadores quejicas intentaban poner en un prieto aprieto
a Prieto. La pobre tuvo que defenderse diciendo obviedades, como que los concursantes
no eran cocineros magistrales, sino que habían ido allí a aprender cocina, y
que preparar un plato catalán estando en Valencia no es ninguna ofensa a los
dioses de ningún sitio. Debería haberse dejado de tonterías y centrarse en lo
fundamental: desde esta edición, “MasterChef” hace a las personas mejores.
Hay partidos en
el Parlamento que defienden que los niños estén vigilados en el cole por un
control parental que evite que aprendan lo que sus padres no quieren que sepan.
“MasterChef” es la solución a esta situación. Hay prevención hacia los profes
porque, con sus estudios y su pluralidad ideológica, pueden ser muy peligrosos,
eso lo sabemos todos. Pero nadie desconfía de un cocinero que todo el rato dice
“maridar”, “emplatar” y “dialoga en boca”. Y, sin embargo, un cocinero puede
transmitir valores personales y sólidos conocimientos sobre el universo, la
vida y todo lo demás que no pongan nerviosos a esos señoritos valientes que tienen
miedo a que sus hijos sepan lo grande que es la vida y lo rico que puede estar
un plato catalán cocinado en Valencia.
Valentín,
finalista de “MasterChef 7” tiene la clave. Ha descubierto que estamos ante
algo mucho más grande que un concurso culinario. Además de terminar con más “conocimientos
gastronómicos”, ha dicho que también ha terminado con “más amigos y más
cultura”, pero sobre todo ha sentenciado esto: “'MasterChef' me ha hecho
mejor persona”. Hagamos que “MasterChef 8” universalice esta hazaña y el Estado
emitirá educación para la ciudadanía para todos en lugar de carísimos cursos de
cocina para unos pocos.
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