… y de pronto todo el mundo empezó a usar la palabra “blanquear”. No, no para referirnos a la acción de volver más blanco algún producto. No. Con el sentido de justificar o validar un acto o una ideología. Recuerdo la primera vez que la oí en “Los desayunos de TVE”. Hará pocos meses. Y, a partir de ahí, la inundación. Quinientas veces a la hora. En “La sexta noche”. En “Al rojo vivo”. En “Espejo público”. Sánchez blanquea el golpe de Estado. Casado blanquea el fascismo. Iglesias blanquea la dictadura venezolana. Álvarez de Toledo blanquea las violaciones. Arrimadas blanquea la represión policial. Osborne blanquea a Abascal. Abascal blanquea a Franco. Franco, Franco, que tiene el culo blanco porque su mujer lo lava con Ariel. Vamos, que Carmen Polo blanqueaba el culo de su marido. Pero lo blanqueaba de verdad. Con el sentido que la RAE da a “blanquear”. No como Torra blanquea la xenofobia.
Es la venganza de los anuncios de detergentes. Occidente se ha construido con esfuerzo y sin ese uso de la voz “blanquear”. Algún espectador de “Masterchef” me asegura que alguna vez Jordi Cruz habló de “blanquear verduras”, pero no está confirmado. Kant escribió la “Crítica de la razón pura” sin usar “blanquear”. En “Parerga y paralipómena” de Schopenhauer no aparece la palabra “blanquear”. Verlaine y Rimbaud se hicieron de todo, pero jamás nadie vio a ninguno de los dos acusar al otro de blanquear nada. Durante aquellos años horribles, la violencia se justificaba y la corrupción se toleraba. Pero lo único que se blanqueaban eran las fachadas de Alcalá de los Gazules cada mes de mayo.
Acabamos de sufrir una campaña electoral. Comienza otra. ¿Es mucho pedir que los candidatos y periodistas se traten con respeto, no difundan noticias falsas, pongan los intereses colectivos por encima de los intereses partidistas y no usen la palabra “blanquear”? Ya está bien de soportar a Antonio Maestre y María Claver blanquear el uso de “blanquear”.
Hace unos años consiguieron que todo el mundo hablara de "hojas de ruta", luego llegaron las "líneas rojas", ahora "blanquear" y otra expresión cuyo abuso empieza a sacarme de mis casillas: "cordón sanitario". Cada vez que la oigo me dan tentaciones de salir a la calle con mascarilla para prevenir infecciones.
ResponderEliminarPor cierto, blanquear si es un término habitual en cocina y consiste en sumergir el producto en agua hirviendo un tiempo breve con el fin de preservar así sus propiedades y eliminar posibles impurezas o gérmenes. Al menos eso se enseñaba en las escuelas de cocina. Puede que ahora cuando alguien blanquee unas judías verdes quiera con ello hacerlas pasar por zanahorias, vaya usted a saber...
Otro tanto ocurre con el término "sorpasso". Para colmo, esta misma semana he escuchado a una participante habitual del programa de tertulias matinal de la 1 usarlo como verbo al decir lo que un determinado partido debería hacer sí pretende "sorpasar" a otro.
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