A lo largo de este mes de abril hemos asistido a momentos televisivos difíciles de olvidar. Durante los primeros días quedamos impactados por la muerte de María José Carrasco. “El intermedio” emitió una grabación durísima realizada por su marido. Pero éste no fue el momento televisivo de mayor audiencia del mes. La catedral de Nôtre Dame ardió y otra vez se llenaron las pantallas de imágenes que pasarán a la historia de Europa y a la historia del arte mundial. Pero éste tampoco fue el momento televisivo de mayor audiencia del mes. Comenzó una campaña electoral especialmente bronca, abierta y trascendental. Mítines, entrevistas, polémicas. Asistimos a dos debates televisivos discutidísimos. Pero nada de lo relacionado con nuestras elecciones fue el momento televisivo de mayor audiencia en nuestro país.
Se emitió la increíble serie documental “One strange rock”, pero no fue el momento televisivo de mayor audiencia del mes. Arguiñano cocinó decenas de deliciosas recetas, pero ninguna de ellas llegó a ser el momento televisivo de mayor audiencia del mes. Los Lobos siguieron ganando todas las entregas de “Boom”, pero nunca consiguieron ser el momento televisivo de mayor audiencia del mes. Se emitió “Un tranvía llamado deseo”, “Adivina quién viene esta noche”, “El graduado”, el “Hamlet” de Kenneth Branagh y el “Don Quijote” de Orson Welles. Ninguna de estas películas fue el momento televisivo de mayor audiencia del mes.
El minuto más visto de la televisión española en abril fue el salto desde el helicóptero de Isabel Pantoja en la gala de arranque de la nueva edición de “Supervivientes”. Lo digo a sabiendas de que aún quedan cuatro días del mes de abril, que van a incluir en su programación una noche de resultados de unas elecciones generales. Les garantizo que no superará en audiencia a la llegada de la tonadillera a la isla. Hoy es jornada de reflexión y a lo mejor quieren incluir este asunto entre las reflexiones de hoy.
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