A ver, ¿y si se celebra el debate el martes 23 y Sánchez habla desde Televisión Española mientras que Iglesias, Rivera y Casado hablan desde Atresmedia? Podría habilitarse un plató en los estudios centrales de TVE y otro en Antena 3. El primero, con un atril y tres plasmas. El segundo, con tres atriles y un plasma. Los espectadores elegiríamos el carácter público o privado de la televisión en donde seguiríamos el acto. Puede parecer una solución ridícula, pero, tras analizar las catorce millones seiscientas cinco posibles resoluciones al delirante quilombo que ha liado Pedro Sánchez, ésta parece la menos marciana. Imagínense las demás.
En el momento de escribir estas líneas -el asunto cambia minuto a minuto- el líder del PSOE está a punto de batir el récord Guinness de cagadas alrededor de un debate electoral. Fue absurda -e intolerable- su primera decisión de acudir a una cadena propiedad de sus accionistas en vez de acudir a una cadena propiedad de todos los ciudadanos. Fue absurda -e incomprensible- su rectificación para aceptar la oferta de TVE cuando la ley recordó que las cadenas privadas no pueden decidir los participantes en un debate como si decidieran los invitados a un magacín. Y es absurda -e inconfesablemente motivada, ¡qué vergüenza y qué decepción, Rosa María!- la nueva fecha decidida por la cadena pública, justo la única incompatible con el debate de Atresmedia, al que Casado, Rivera e Iglesias aún quieren ir.
Pongamos encima de la mesa la propuesta de un debate multicadena TVE-Atresmedia. No con la intención de que se realice, sino sólo para flipar con los trucos que usará Sánchez para boicotearla. Se difundió el otro día un chat de whatsapp en el que un dirigente de Vox reconocía el alivio que supuso para ellos su exclusión del debate electoral. Cuidado estos días con los chats de whatsapp, dirigentes del PSOE, no vaya a ser que se filtre alguno en donde reconocéis que estáis intentado que el debate no se celebre.
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