26/4/19

CONTRA CARLOS SOBERA


Rompo oficialmente relaciones diplomáticas con Carlos Sobera. Retiro mis embajadores de su carrera profesional. Lo nombro persona non grata en mi televisor. Lo incluyo en mi lista oficial de los integrantes del eje del mal televisivo. Se acabó, es el fin, hasta aquí llegamos, él ahí y yo aquí, cada uno en su casa y aquí paz y después gloria.

No es porque Sobera haga mal su trabajo, desempeñe mal sus tareas o no cumpla sus obligaciones. Ojalá fuera por eso, porque eso tiene arreglo. El problema es que el simpatiquete actor de la serie “Al salir de clase” (y alguna otra), el simpaticote presentador del concurso “¿Quién quiere ser millonario?” (y muchos otros), ya no da pie con bola, acepta obligaciones que nadie debería asumir, desempeña tareas que sería preferible abandonar y realiza trabajos que sería mejor que nadie hiciera.

En su día nos pareció excesivo que Sobera se hubiera venido arriba atreviéndose a presentar la edición española de la excepcional serie de divulgación científica “Cosmos” en Mega. Eso fue hace cuatro años. Desde entonces ya solo se atreve a venirse abajo. Puso su carrera en manos Mediaset y se despeñó por sus acantilados. “First dates” es el hijo hortera de “El diario de Patricia” y “Contacto con tacto”. “Volverte a ver” es la versión cutre de “Sorpresa, ¡Sorpresa!” (y una vergüenza lingüística para un tipo como él que publicó el libro “Los mil errores más comunes del lenguaje” y sabe que lo correcto es decir “Volver a verte”). El concurso “The Wall: Cambia tu vida” fue pretencioso y vacío. “Little Big Show” fue otro ejercicio de manipulación de los niños para el negocio televisivo. Y que ahora vaya a copresentar “Supervivientes” solo sirve para convencerme de que ya estaba tardando en mandarle a freír churros, que Jorge Javier Vázquez hace daño, pero no tiene por qué cargar con las culpas de todo. Y si hay alguien que aún quiere apiadarse de Sobera, que antes recuerde el anuncio machacón que aceptó hacer para ganarse un dinerito fácil sin importarle que fuera a costa de fomentar la ludopatía entre los telespectadores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fomentar la ludopatía entre adolescentes, que es aún peor. Droga muy dura para menores de edad. Es un indeseable.