6/3/19

¡VIVA EL BELLO STANLEY DONEN!


Gerard Piqué dijo, después de que el Barça derrotara al Real Madrid en la semifinal de Copa, que hay que hablar menos del VAR y más del juicio a los “presos políticos” catalanes. Otros creemos que hay que hablar menos del VAR y del “procés” y más de Stanley Donen, el director y coreógrafo a quien debemos maravillas como “Un día en Nueva York” o “Cantando bajo la lluvia”. Stanley Donen ya no está con nosotros, y la vida no puede seguir igual. A la mierda el VAR. Que nos dejen un poco en paz con el dichoso “procés”. Menos partidos de fútbol convertidos en una secuela de “CSI”,  menos políticos encantados de escucharse a sí mismos y ansiosos por convertirse en mártires de la fe nacionalista y más “Cantando bajo la lluvia”.

Donen decía que su trabajo consistía en lograr que la gente fuera al cine y se olvidara durante un par de horas de su vida real, pero que durante un tiempo pensó que debería hacer algo más que eso. Decidió que no porque era tan pesimista respecto al futuro del planeta que le encantaría que alguien hiciera eso mismo por él. A pesar de los esfuerzos de Steven Pinker en ensayos tan potentes como “En defensa de la ilustración”, en el que sostiene con argumentos y datos que, como diría Joan Laporta, “al loro, no estamos tan mal”, muchos somos tan pesimistas respecto al futuro de nuestro planeta como lo era Donen, y por eso nos esforzamos cada día para mejorar las cosas o, al menos, no empeorarlas. Pero necesitamos a Stanley Donen, necesitamos a Gene Kelly cantando bajo la lluvia y necesitamos a Frank Sinatra vestido de marinero buscando el amor en Nueva York. Kant distinguía entre lo sublime, que conmueve, y lo bello, que encanta. La tragedia, que excita el sentimiento de lo sublime, tiene más prestigio que la comedia y el musical, que excitan el sentimiento de lo bello. De acuerdo, las puertas del infierno que describe John Milton son sublimes, pero la lluvia que empapa a Gene Kelly proporciona una sensación agradable, alegre y sonriente. La comedia, dice Kant, presenta sutiles intrigas, confusiones asombrosas, gentes despiertas que saben salir del apuro y tontos que se dejan engañar. Eso es “Cantando bajo la lluvia”. Estamos sobrados de espectáculos que pretenden ser sublimes en torno a un partido de fútbol, un juicio, un discurso electoral o una serie de televisión con dragones. Faltan más películas, más canciones y más bailes bellos.

Stanley Donen ha muerto. ¡Viva el bello Stanley Donen!

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