Si eres una cuarentañera madre soltera de tres hijas adolescentes, te gustará muchísimo “Better things”, la serie de Pamela Adlon. Pero también te encantará esta serie aunque tus hijas no sean tres adolescentes. De hecho, “Better things” podría ser tu serie favorita seas madre soltera o casada. O si no tienes hijos. Es más, estoy seguro de que da igual la edad que tengas; seas una mujer de veinte, cincuenta u ochenta años, “Better things” es una serie para ti. O si eres un varón. Un varón sin hijos que viva en, pongamos, la estepa siberiana puede aprender de lo que “Better things” está contando sobre él tanto como una urbanita neoyorquina que intenta sacar adelante a sus hijas trabajando en el mundo del espectáculo.
Resumiendo, si Terencio (“Soy un hombre, nada humano me es ajeno”) tuviera que elegir una serie de televisión, sólo una, con la que saciar su curiosidad, optaría por “Better things”, que ha empezado hace pocas semanas la emisión de su tercera temporada. Es lo que tiene el alma humana, que se encuentra por completo en cada historia, al margen de sexos, edades y países, con tal de que dichas historias se cuenten con honestidad brutal, con humildad no afectada y empapadas de una belleza inesperada que aparenta no haber sido jamás buscada por la autora.
Movistar+ acaba de estrenar “Las que faltaban”, un late night de humor realizado (casi) exclusivamente por mujeres en el que todo el rato se nos está recordando que es un late night de humor realizado (casi) exclusivamente por mujeres. “Better things” es una serie de humor realizada (casi) exclusivamente por mujeres en la que jamás se nos recuerda que es una serie de humor realizada (casi) exclusivamente por mujeres. Mientras que ciertos productos televisivos afinan cada vez más el público al que se dirigen, otros consiguen ampliarlo totalmente sin dejar de contar historias de personas concretas en situaciones concretas. ¿Cómo lo logran? Hablando de las cosas que nos unen más que de las que nos separan.
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