4/2/19

CARROÑERO, A TU CARROÑA


El titular es dinamita en cualquiera de sus versiones: carnicero, a tu carnaza; basurero, a tu basura; carroñero, a tu carroña. Y tras una bomba así, el contenido se escribe solo. Primero se recuerda que Telecinco lleva años haciendo televisión con la carnaza, la basura y la carroña. Se aclara que está especializada en los desperdicios de producción propia, o bien porque controla el procesado en el plató, o bien porque controla toda la cadena productiva, desde la fabricación en serie en las cadenas de montaje de sus realities hasta los eficaces canales de distribución de la casa. Después se señala que Telecinco no se maneja con tanta soltura en el mundo de los sucesos que aún no han sido domesticados en el plató porque no los puede controlar como a ella le gusta. A continuación se expone que, aunque este modelo de televisión es bastante criticado, el viernes que cambió su programación para aplicarlo al caso Julen ocurrió algo muy llamativo: recibió más leña que nunca, mucha más leña que cualquier otro día que también vende carnaza, basura y carroña, muchísima más leña por ejemplo de la que le dieron el viernes anterior y el siguiente, cuando la emisión de “Volverte a ver” se fue de rositas (aquí basta con poner un par de ejemplos de la carnaza familiar habitual en el programa). Y, por último, se concluye que Telecinco debe limitarse a hacer su telebasura habitual, porque cuando se mete en telebasura diferente, sale escaldada. O sea: carnicero, a tu carnaza; basurero, a tu basura; carroñero, a tu carroña. Queda redondo, pero falta algo. Falta el dinero.

Después de mucho tiempo de hegemonía en los índices de audiencia (con su consiguiente rentabilidad publicitaria), Telecinco llegaba a finales del pasado mes de enero con su liderazgo en peligro. Tenía que hacer algo ya. El rescate de Julen sería también su rescate. De "Basurero, a tu basura", nada. No era su carnaza habitual, pero sabía cómo procesarla, sazonarla y venderla. Funcionó. Telecinco ganó en el mes de enero, qué alegría de rescate. Las críticas recibidas se olvidarán, pero los datos quedarán y consolidarán la cuenta de resultados.

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