El titular es dinamita en
cualquiera de sus versiones: carnicero, a tu carnaza; basurero, a tu basura;
carroñero, a tu carroña. Y tras una bomba así, el contenido se escribe solo.
Primero se recuerda que Telecinco lleva años haciendo televisión con la
carnaza, la basura y la carroña. Se aclara que está especializada en los
desperdicios de producción propia, o bien porque controla el procesado en el
plató, o bien porque controla toda la cadena productiva, desde la fabricación
en serie en las cadenas de montaje de sus realities
hasta los eficaces canales de distribución de la casa. Después se señala que Telecinco
no se maneja con tanta soltura en el mundo de los sucesos que aún no han sido
domesticados en el plató porque no los puede controlar como a ella le gusta. A
continuación se expone que, aunque este modelo de televisión es bastante
criticado, el viernes que cambió su programación para aplicarlo al caso Julen ocurrió algo muy llamativo: recibió
más leña que nunca, mucha más leña que cualquier otro día que también vende
carnaza, basura y carroña, muchísima más leña por ejemplo de la que le dieron
el viernes anterior y el siguiente, cuando la emisión de “Volverte a ver” se
fue de rositas (aquí basta con poner un par de ejemplos de la carnaza familiar
habitual en el programa). Y, por último, se concluye que Telecinco debe
limitarse a hacer su telebasura habitual, porque cuando se mete en telebasura
diferente, sale escaldada. O sea: carnicero, a tu carnaza; basurero, a tu
basura; carroñero, a tu carroña. Queda redondo, pero falta algo. Falta el
dinero.
Después de mucho tiempo de
hegemonía en los índices de audiencia (con su consiguiente rentabilidad
publicitaria), Telecinco llegaba a finales del pasado mes de enero con su
liderazgo en peligro. Tenía que hacer algo ya. El rescate de Julen sería también
su rescate. De "Basurero, a tu basura", nada. No era su carnaza
habitual, pero sabía cómo procesarla, sazonarla y venderla. Funcionó. Telecinco
ganó en el mes de enero, qué alegría de rescate. Las críticas recibidas se
olvidarán, pero los datos quedarán y consolidarán la cuenta de resultados.
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