14/2/19

BALLET ZOOM


Años 70 del siglo pasado, la transición. No la transición de los honores a Franco en la Plaza de Oriente a los honores en el Valle de los Caídos, sino la otra, la de verdad, la que nos trajo aquí, la transición de la tele en blanco y negro al color. Valerio Lazarov revoluciona TVE. En aquellos años de monocultivo catódico, apostólico y romano, era lo mismo Televisión Española que la televisión española, así que poner patas arriba aquello era mucho poner y muy poner patas arriba. Una de las cosas que cambia Lazarov es el manejo de la cámara, que hasta entonces se usaba con más rigidez que la escultura en el antiguo Egipto. La somete a tales meneos que da a los españoles la primera lección que debe aprender cualquier telespectador: al hacernos conscientes de que veíamos a través de una cámara que nos estaba volviendo locos, hizo evidente que la tele nunca muestra lo que hay sin más, sino que siempre ofrece un determinado punto de vista, el punto de vista que selecciona la cámara, el punto de vista de la mano que la maneja, más poderoso que la mano que mece la cuna.

El Ballet Zoom puso cara y cuerpo de baile a aquella época. En el Ballet Zoom la cámara bailaba tan alocadamente como sus descoyuntados bailarines. Aquel ballet creado por Lazarov para las galas setenteras ya no existe, aunque la cámara sigue ahí, más contenida, más disimulada, pero precisamente por eso, más peligrosa, porque su poder sigue intacto. Afortunadamente a veces reaparece el espíritu de Lazarov como recordatorio. Como en TV3 —la tele pública catalana— cuando informó de la manifestación convocada por PP, Cs y Vox en Madrid. La imagen comenzó con un zoom sobre un cartel repleto de dinosaurios de Jurassic World en el que se leía “Nunca los verás tan cerca”, y en un zoom out digno de Lazarov, el cartel se alejaba mientras aparecían en primer término los manifestantes y las banderas de España llenándolo todo. O en la cadena Gol, que en el último partido Alavés-Rayo en Vitoria comenzaron el partido ofreciendo un zoom tras otro del campo, y así no se veía que las gradas aún estaban vacías porque los espectadores entraron tarde al estadio como protesta por los horarios impuestos por La Liga. Cuando la cámara baila a lo loco pasan casualidades así.

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