Veo, veo que me vengo arriba. Es
lo que tiene jugar a ser adivino cada inicio de año. Veo, veo que a los
tarotistas televisivos les pasa igual. Por mucho que predigan a lo loco es
imposible fallar siempre, así que muchos acaban creyendo sus propias tonterías.
Veo, veo que tras varias
temporadas haciendo de vidente y con unas cuantas casualidades, chiripas y
coincidencias a mis espaldas, me siento capacitado para ponerme arrogante en
mis vaticinios. Veo, veo que si fallo, olvidaré la predicción y seguiré como si
nada. Y veo, veo que como acertar, acierte, voy a darme más importancia que Íker Jiménez cuando mira fijamente a
cámara.
Hablando de la bicha, veo, veo
que “Cuarto milenio” seguirá en antena siendo el programa más longevo de Cuatro,
y el que más desprestigia a la cadena. Y continuará intentando hacernos creer
que es un programa científico que también se ocupa de fenómenos paranormales.
Piensa que cada vez que en algún sitio pasa algo, a su lado aparece un cartelín
que unas veces dice “Hola, soy un fenómeno normal al que se puede aplicar el
método científico; a ello, campeones”, y otras dice: “Hola, soy un fenómeno
paranormal al que no se puede aplicar el método científico ni se puede entender
racionalmente ni nada, así que para hablar de mí en la tele apaguen las luces del
plató y pongan música de mieditis que se van a cagar”.
Pero también veo, veo que Jiménez
seguirá siendo un pupas que se siente perseguido, incomprendido y
minusvalorado. Como si no ganara bastante pasta con el negocio que tiene
montado que encima quiere aplausos. También seguirá jugando a ser un Pepito Grillo que denuncia injusticias
y un valiente que dice verdades como puños. Como el otro día, que aprovechó la
ola de indignación surgida tras el asesinato de Laura Luelmo para cuestionar un sistema judicial que busca la
reinserción y va más allá de la venganza. Por eso, mi predicción es que si las
cosas están así de mal en un programa de cuentos de miedo para niños grandes,
en 2019 habrá que tener mucho más cuidado con la tele: cuanto más la miro,
miro; más populismo veo, veo.
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