Mi cantante preferida no es Amy Winehouse; ni mi actor, Robin Williams; ni mi humorista, Chiquito de la Calzada; ni mi
presidente, Pedro Sánchez. Sí que mi
canción favorita de Raimundo Amador
es “Bolleré”, la que canta y toca junto al gran B.B. King, a quien nunca dijo que se trata de un homenaje a un
papel de liar. Diciendo esto no quiero matar a Sánchez ni hacerlo inmortal, no quiero
que la gente fume ni deje de fumar, ni quiero que la gente diga ni deje de
decir mentirijillas a grandes héroes del blues para legar una obra de arte a la
posteridad. Solo quiero evitar malentendidos y que los Reyes Magos repartan
papel de fumar, papel para todos, papel del que canta Raimundo; papel que,
según él, es el más fino del mundo.
Los ofendiditos han vencido. El
anuncio buenista de Campofrío solo ha empeorado las cosas. Huir de la espuma
batida de las redes sociales da igual porque los informativos recogen cada
ofensiva ofensa y su correspondiente contraofensa contraofensiva hasta el
aburrimiento. Fue horroroso encender la tele y ver que, junto a las cabalgatas,
la noticia del día fuera que acusan al Partido Popular de incitación al crimen,
fomento del asesinato e intento de homicidio por reenviar una broma de un
humorista que pasaba por allí, un tipo que hizo un chiste simulando ser un
padre que simulaba leer una carta que simulaba haber sido escrita por su
simulado hijo simuladamente destinada a sus reales majestades, lo único real
que había en la broma aquella.
La periodista Ana Pastor y JuanLu De Paolis, director de “Salvados”, aprovecharan (ya les
vale) para hacer sangre en vez de ponerse del lado de la libertad de expresión
que sujeta el suelo que pisan. Hasta yo (ya me vale) estoy a punto de indignarme
viendo las faltas de ortografía, la mala redacción y los errores de sintaxis de
la dichosa carta que escribe el niño. Así que, queridos Reyes Magos, visto que aquí
todos nos la cogemos con papel de fumar, ándense con cuidado y dejen de tirar caramelos
—caries envueltas en celofán— y sustitúyanlos por paquetitos de ese papel que
quita las penas para que todos podamos ser felices cogiéndonosla con papel de
fumar.
Bolleré pa toda la vida
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