Ponerse digno mola.
Quedas como un señor. Como el otro día Joaquín Prat en “Cuatro al día” (tardes
de Cuatro, tras “Todo es mentira”). Tenía una conexión en directo con Pilar
Gutiérrez, franquista por la gracia de Dios, para que repitiera las barbaridades
habituales. Como añadió algunas nuevas sobre el Islam y eso no se puede
consentir, la despidió con cajas destempladas. “Esta tía no vuelve a entrar
más”, dijo muy digno.
Cuando te pones
digno, levantas la barbilla y sigues tu camino sintiéndote superior. Es una sensación
tan agradable, que vale la pena repetirla. Por eso da tanto gustirrinín volver
la vista atrás un instante y confirmar tu desprecio. En “Cuatro al día” lo saben
y ya lo tenían todo preparado. Justo después del desplante, emitieron una recopilación
de barbaridades pilaristas que hizo a Prat el hombre más digno y feliz del
mundo. “Me dan ganas de potar”, dijo echándose las manos a la cabeza. Y continuó
su camino sintiéndose superbién.
Pero también hay
que saber con quién ponerse digno y con quién no. Prat sabía que con la Pilarica
podía porque un par de días antes había abierto la veda Omar Montes
echándola de su casa en “Ven a cenar conmigo” (viernes noche, en Cuatro). El
truco está en que es divertido azuzarla para que insulte a diferentes
colectivos por razón de su nacimiento, raza, sexo, procedencia, opinión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social… menos la religión. Aprende
a respetar el Islam, Pilarona. Qué suerte tienen los sentimientos religiosos que
juegan en primera división mientras los demás jugamos en segunda.
Lo curioso es que
nadie en Cuatro, ni en todo Mediaset, se pone digno con el propio Omar Montes.
En 2017 un concursante violó en “GH” a una chica que estaba borracha y no pasó
nada. En 2018, Omar animó con insistencia en “GH VIP” a un compañero para que
se aprovechara de otra chica borracha (“Túmbate con ella, gilipollas. ¿No te
gustan las chicas o qué, hermano?”), y ahí sigue. Tú tampoco le dirás nunca
nada, Joaquín. Sabes que puede que Omar sea un hijo de puta, pero es vuestro
hijo de puta.