Alfonso Arús es uno de los personajes televisivos que más ha evolucionado a lo largo de su ya dilatada carrera. Es siempre señal de talento artístico la capacidad de ir cambiando, sin estancarse en un único registro absolutamente agotado que ya no puede dar más de sí, y justamente nuestro presentador de hoy es un buen ejemplo de esta capacidad camaleónica para reinventarse constantemente y mantenerse en permanente movimiento. Ha sido una larga trayectoria la que ha ido desde “Vídeos de primera” hasta el “Arusitys” actual. Aunque ambos programas consisten básicamente en un desfile de imágenes de gente resbalando y cayendo, se aprecia sin embargo una evolución muy amplia entre ambos espacios, y así cabría señalar los siguientes puntos como los grandes núcleos eidético-conceptuales cuya permanente modificación ha estructurado la obra de Alfonso Arús:
- la gente que resbalaba y se caía en “Vídeos de primera” estaba grabada con cámaras de VHS, mientras que la gente que resbala y se cae en “Arusitys” está grabada con teléfonos móviles,
- los coches que aparecían en las imágenes de la gente que resbalaba y se caía en “Vídeos de primera” eran modelos del siglo pasado, mientras que los coches que aparecen en las imágenes de la gente que resbala y se cae en “Arusitys” son modelos actuales,
- en “Vídeos de primera” los espectadores votaban el resbalón y la caída que más les divertían enviando una carta, mientras que ahora en “Arusitys” los espectadores votan el resbalón y la caída que más les divierten a través de Twitter,
- pero, sobre todo, el cambio fundamental que pone de manifiesto la distancia creativa que media entre “Vídeos de primera” y “Arusitys”, demostrando que estamos sin duda ante el David Bowie de la televisión española, es que antes Alfonso Arús tenía pelo cuando presentaba imágenes de gente que resbalaba y se caía, y ahora, veintisiete años después, está calvo.
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