Ya nos colaron la tontería esa de
que la tecnología no es ni buena ni mala, sino que depende de cómo se use. Una
pamplina que presenta como neutras, y por tanto iguales, cámaras de gas,
vacunas, bombas atómicas e incubadoras para recién nacidos.
—Es que una bomba puede usarse de
pisapapeles y una incubadora como arma arrojadiza contra ancianitas.
—Yaaa. Claro que sííí. Pero eso es
porque esos objetos dejan de ser lo que son al convertirlos en otra cosa:
pisapapeles, que son bueeenos; y armas contra ancianitas, que son maaaalas.
Ahora toca que nos creamos que
agresiones, abusos, ataques a la libertad de expresión, y pasividad policial
ante los delitos no son malos ni buenos, sino que depende de quién los haga y
quién los sufra. Habrá que repetir mucho tamaña idiotez para que nos la
traguemos, así que hay quien ya está en ello. Pasa con la agresión sufrida el
pasado viernes por el reportero de Intereconomía Cake Minuesa cuando informaba sobre los CDR en Cataluña. Una
situación de hostigamiento general hacia él y, sobre todo, su operador de
cámara, a quien Minuesa trataba de proteger interponiéndose, que acabó con él
tumbado de un puñetazo en la cara y la poli ignorándole.
Los hay tan manipuladores como Beatriz Talegón, tertuliana de TV3, que
le acusa de hacer un montaje. Lo que se contradice con el ciudadano allí
presente que le acusó de lo contrario: “Tú
ibas provocando”. ¿Provocando? Pues bien, eso es la libertad. Quien quiera
tiene derecho a provocar lo que le dé la gana, incluyendo hacer periodismo de
derechas, salir de noche sin acompañante y llevar minifalda sin que por eso los
agresores sean menos agresores, ni los cerdos violadores asquerosos sean menos
cerdos, menos violadores y menos asquerosos.
Lo mejor es ver a la policía municipal
responsabilizándole de la agresión.
—Va a una manifestación que es contraria
a usted, a su política. Se ha metido sin avisar a nadie.
–Claro, me he metido con la
prensa.
—¿Nos ha requerido que le
acompañemos? No nos ha dicho ni que bajaba, con lo cual usted asume el riesgo.
—Bueno, pues ¿me pueden
acompañar? Quiero hacer mi trabajo, ¿me pueden acompañar?
No le acompañaron, claro, pero es
porque iba provocando.
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