Franco es el pasado y el pasado es pasado. Para qué removerlo. Es
así. Desde el día de su muerte, Franco es el pasado y el pasado es pasado. Mejor
dejarlo todo como está. Llevan cuarenta y tres años repitiéndonos que Franco es
el pasado y el pasado es pasado: no va a ser ahora mentira. Cada año, desde aquel
20-N, actualizan el dato para que asumamos que es verdad. Las personas serias y
respetables viven el presente y Franco lleva cuarenta y tres años siendo el
pasado. Aceptémoslo y pasemos a otras cosas. Hablemos de televisión.
En la ficción de Antena 3 “Amar
es para siempre” Franco acaba de morirse, pero es porque es un culebrón
ambientado en el año 1975, o sea, en el pasado: muy bien. La cadena DMax
anuncia que prepara un documental en el que colorea y actualiza imágenes del
franquismo: muy mal, el pasado es blanco y negro, es mejor dejarlo así y
olvidarlo. Los informativos de todas las cadenas muestran imágenes de reuniones
fascistas de exaltación a Franco con cánticos, consignas y símbolos
franquistas, así como misas a la mayor gloria de Franco en lugares pagados con
fondos públicos, como el Valle de los Caídos: muy bien, la tele debe mostrar el
sentir de los españoles serios y respetables. LaSexta dedica la noche del 20-N
a hablar de los chanchullos, las miserias y la tramposa fortuna amasada por
Franco: muy mal, ¿no quedamos en que Franco es el pasado y el pasado es el
pasado?
Wyoming, mal dentro del mal, compara la prohibición de la esvástica
en Alemania con el uso en nuestras calles de la bandera franquista. Su obsesión
con el pasado reaparece cuando responde unos tuits de Luis Alfonso Borbón (“Tus
enemigos y unos traidores a la patria no te olvidan, ni cesan de mencionarte.
Otros muchos te seguimos recordando”). Ojo a la distinción entre los serios
y respetables que viven el presente (“te
seguimos recordando”) y los traidores obsesionados con el pasado (“no te olvidan”). Aprendamos del bisnietísimo a distinguir entre la lealtad
de recordar y la traición de no olvidar.
Si es que, de donde no hay no se puede sacar... Hay que ser tonto para soltar semejante dislate: ahora resulta que son cosas distintas "no olvidar" y "recordar". Bravo, nieto, bisnieto o lo que coño seas del dictador asesino: tú lo sigues recordando; y los demás no lo olvidamos, ni a él ni a la p. que lo parió (que sería una santa, la pobre, pero vaya "hijo de" que le salió).
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