Viva España. Muera la violencia contra
las mujeres españolas. Vivan los policías y los juzgados que aplican a los
agresores todo el peso de la ley. Mueran las agresiones impunes a las mujeres
españolas. Viva nuestra bandera y vivan las mujeres españolas representadas en
esa bandera. Muera Dani Mateo, el violento
que agrediendo nuestra bandera agrede a las mujeres españolas.
Ayer fue el Día Internacional de
la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La tele hizo mucho ruido con
este asunto, un ruido innecesario. En ningún país las mujeres están más
protegidas que aquí. No es justa la exhibición televisiva de casos concretos de
violencia concreta en lugares concretos. No está bien que muestre la impunidad
de agresiones concretas a mujeres concretas que sufren abusos concretos, mueren
en crímenes concretos y se entierran en funerales concretos. No debemos
dejarnos confundir por ese repaso de injustas sentencias concretas ante casos
concretos de maltratos concretos, palizas concretas o violaciones concretas.
Dan una imagen errónea de España.
Respetar y proteger a todas y
cada una de las mujeres españolas estaría bien, pero es que hay muchas.
Veinticuatro millones de mujeres son demasiadas mujeres de aquí para allá,
empeñadas en hacer lo que quieren, vestir como quieren, hablar con quien
quieren y divertirse como quieren. Por eso la tele debe fijarse en lo
importante. Por eso debe prestar menos atención a los casos concretos y a los
hechos, y más a los símbolos y las representaciones. Por eso hay que alegrarse
de que unos policías lleven hoy a Dani Mateo a declarar ante el juez.
Mateo representó en su trabajo un
guion que decía que debía interpretar a un tipo con catarro que simulaba haber
tomado un medicamento cuyas supuestas contraindicaciones le llevaban a hacer
como que estornudaba y se sonaba unos mocos que no tenía con una bandera que
representa a España. Que pague. Así las españolas estarán tranquilas viendo que
se las respeta. Simbólicamente, claro. En los casos concretos es mejor que
aprendan defensa personal y se jueguen la vida enfrentándose a lo que les venga
encima.
Joder, como (prácticamente) siempre: ¡Bravo!
ResponderEliminarPrefiero no imaginar en manos de quién estamos, si un grupo de policías lleva una denuncia estúpida y asquerosa, como la que han presentado contra un humorista, y un juez la llega siquiera a considerar y la admite a trámite. ¡Qué lástima de país! Y lo peor es que, aunque a mí me la suda, lo tengo que sufrir...