Somos un grupo selecto. Llevamos veintitrés años añorando “Doctor en Alaska”. Cuando conocemos a alguien lo primero que pensamos es “mira, Maurice”, “ostras, otro Ed Chigliak”, “sonríe igual que Maggie”. También nosotros coronamos nuestros propios momentos de gloria o de fracaso con pensamientos como “he parecido Ruth-Anne” o “esto no lo hubiera superado el mismísimo Joel Fleischmann”. En algún momento u otro de estas dos décadas hemos perdido la esperanza de que vuelva a haber otra serie como “Doctor en Alaska”. Llevamos veintitrés años añorándola con nostalgia enfermiza y deseando con todas nuestras fuerzas que no regrese.
Que no regrese, por favor. Puede parecerle extraño a alguien que no se haya dejado ahogar en las aguas de Cicely, pero la boreal hermandad de los northernexposureadictos entendemos perfectamente la coherencia profunda que hay entre la añoranza de algo y el deseo de que no vuelva. Por eso todos hemos reaccionado con desagrado ante la noticia de que Joel Fleischmann va a volver a la aldea mágica en el otoño de 2019 para reencontrarse con viejos amigos y conocer a algunos nuevos en la flamante temporada que la CBS está rodando de la novela en espiral con la que aprendimos a mirar algunas cosas de alguna otra forma.
En la canción de Serrat, Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo, lleva veintitrés años esperando la vuelta de su amado, tanto que no lo reconoce cuando finalmente regresa. Nosotros llevamos veintitrés años sentados en un banco en el andén, y es imposible que los nuevos capítulos estén a la altura de los ojos con los que vamos a verlos. Muchos ya están diciendo que no lo harán. Otros nos pondremos de pie para examinarlos con mayor detenimiento. Y no reconoceremos a Maggie, a Joel, a Chris, a Holling, a Shelly, de la misma manera que no nos reconoceríamos a nosotros mismos si nos pusieran delante de quiénes éramos hace veintitrés años.
¡Claro hombre, tiene usted razón como casi siempre! Será mejor perder nuestro tiempo en ver chorradas de hermanos grandes y demás parentelas en lugar de darle una oportunidad a la serie. Pienso que el simple hecho de ver juntos a media docena de aquellos actores, aunque estén cantando un rosario o rezando un miserere, nos dará un placentero rato. Recuerde las últimas temporadas, sin rumbo claro y sin Fleischmann, y nos sabían a gloria...
ResponderEliminar¡Recuerde 'Blade Runner 2049'! Una vez asumida la imposibilidad de recuperar esa magia desaparecida en el tiempo, en las continuaciones siempre se encuentran matices disfrutables. Y ya sabe que los problema siempre vienen de las expectativas.
ResponderEliminarLa nostalgia es un error.Lo mejor está por venir.
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