Los nacionalistas se llaman a sí
mismos patriotas, y llaman nacionalistas a los patriotas de enfrente. Las
fronteras son así, obran milagros linguísticos como este y otros, que, bueno,
son menos divertidos. Y da igual si la frontera es exterior o interior. De
hecho, una frontera es tan milagrosa que su primer milagro es que no necesita
existir para obrar prodigios. Ríete tú del Argumento Ontológico de san Anselmo de Canterbury. Basta con que
una barrera divisoria se desee con mucha fuerza con los ojos muy apretados –igual
que en esos telefilmes navideños de sobremesa– para que cause portentos y, si
te descuidas, haga chas y aparezca a tu lado. Ay, Anselmo, Anselmo, Anselmo,
monje de mis penares, tal vez no la esencia, pero sí las esencias traen las
fronteras a la existencia. Ahora viene la sorpresa: hablo de televisión. Y
ahora, el desparrame: ¡hablo de Telecinco!
El otro día bromeaba David Broncano en “La Resistencia” (#0,
de Movistar+) con asaltar en directo el plató de “Informativos Telecinco” igual
que asaltó antes “El Hormiguero” con Dani
Martín. Como Pedro Piqueras es
muy aficionado a hablar de catástrofes y desastres, fantaseaba con decirle: “¡Tira de esta, Pedro! ¿Quieres ver una
catástrofe?”. Que no lo haga, porque
Piqueras ya montó su propia catástrofe. En una noticia sobre la conmemoración
de los 80 años de la terrible Noche de los Cristales Rotos en Alemania,
“Informativos Telecinco” ilustró las palabras de Angela Merkel contra los nacionalismos con imágenes de manifestaciones
independentistas catalanas junto a otras ultras en Polonia y Hungría. Las
críticas a Telecinco, más las discusiones, porfías y acusaciones reversibles entre
nacionalistas y patriotas de ida y vuelta, han permitido a Piqueras tener su
propia catástrofe. De lo que no nos alegremos, pero casi.
Gracias a Piqueras, la tontorrona
polémica nuestra de cada día en Telecinco no pasa por Javi Tudela defendiendo a su madre Makoke de la acusación de Miriam
a la ex de Kiko Matamoros de
acostarse con Carlos Lozano mientras
salía con Mónica Hoyos. Bienvenido
sea el milagro, compatriotas.
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