20/11/18

LA DICCIÓN Y LA ADICCIÓN

No comprendo a los traficantes mexicanos que protagonizan la nueva saga de Netflix. No me refiero a que no pueda entender la actividad del cártel de Guadalajara, o que me resulte inconcebible tal nivel de violencia, crueldad y falta de conciencia. No, no. Me refiero a otro tipo de comprensión. Quiero decir que no entiendo una pinche verga chingada palabra que dicen Miguel Ángel Félix Gallardo y sus cuates en la cagadera la mota quebrada sinaloense a lo largo de todos los diez capítulos que componen la primera entrega de “Narcos México”. Aliviánate, pendejo, que no hay pedo de esa madre. Ni una. Recién terminé la temporada hace tantito y confieso que no podría asegurar que Rafael haya pronunciado una sola palabra que yo comparta en mi vocabulario. Respecto a Don Neto, bueno, si ese conjunto de bufidos es un idioma, que baje Ferdinand de Saussure y lo vea.

Me precio de tener un buen nivel de inglés que me permite ver directamente sin ayuda las series anglosajonas. Jamás pensé que iba a estrenar la opción de subtítulos de Netflix para entender las partes en español de una producción norteamericana. El “Narcos” original, el de Pablo Escobar, también mostraba una jerigonza accidentada y exótica para los hispanohablantes de Europa, pero al menos los narcotraficantes colombianos siempre tuvieron hacia sus espectadores la deferencia de usar un tono de voz decente y vo-ca-li-zar al hablar. Nada que ver con la prosodia tapatía. Quizá haya algo en la marihuana sin semillas que afecta a la producción del lenguaje. Quizá exista un vínculo no explorado entre la dicción y la adicción.

Ya sabíamos que pueden entenderse personas que hablan distintas lenguas. “Narcos México” es la prueba de que también pueden no entenderse personas que hablan la misma. Ludwig Wittgenstein y Quim Torra defendieron que los límites del lenguaje son los límites del mundo. Que lo tenga presente Netflix de cara a la segunda temporada de “Narcos México”. Que incluya con la subscripción un diccionario castellano-sinaloense sinaloense-castellano.

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