8/10/18

NO TODAS LAS MÚSICAS SON IGUALES


Les propongo un juego: les voy a dar diez pistas acerca de un programa de televisión que ustedes tienen que adivinar. En cuanto crean saber con seguridad de qué espacio estoy hablando, pueden saltar al párrafo final y comprobar si han acertado o no. Primera pista: es un programa producido por nuestra televisión pública. Segunda pista: tuvo una edición el año pasado. Tercera pista: acaba de empezar su nueva edición. Cuarta pista: es un talent show musical, un concurso dedicado a seleccionar intérpretes. Quinta pista: acuden jóvenes que aman el mundo de la música y que se quieren dedicar profesionalmente a él. Sexta pista: los jóvenes tienen que superar un difícil casting compitiendo con otros muchos aspirantes para poder participar en el programa. Séptima pista: un presentador dicharachero entrevista a los concursantes, que hablan de lo que supone la música para ellos y la ilusión que les hace haber sido seleccionados para el concurso. Octava pista: los jóvenes reciben clases de profesores expertos en el mundo de la música. Novena pista: cada semana se realiza una gala en la que los concursantes interpretan los temas que han estado ensayando. Décima pista: un jurado valora cada una de las actuaciones y finalmente decide qué participantes siguen adelante en el concurso y cuáles deben abandonarlo.

¿Ya han adivinado cuál es? “Operación Triunfo”, ¿verdad? Pues no: se trata de “Clásicos y reverentes”, un talent show dedicado a la música clásica cuya segunda temporada comenzó ayer domingo al mediodía en La 2. Probablemente ustedes ni siquiera se enteraron de que existió una primera temporada. Cero promoción por parte de la cadena. Cero presencia en otros espacios de TVE. Ni un solo adolescente conoce el nombre del ganador de la edición anterior ni podría reconocer su rostro al verle tocar con la Orquesta Sinfónica de Radiotelevisión Española. No todas las músicas son iguales para nuestra televisión pública.

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