Mal la periodista mejicana Alma Guillermoprieto. Da igual que sea
la flamante Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Y mal la
Fundación Princesa de Asturias, responsable de lo sucedido. Con el pretexto de
recoger su premio ayer en Oviedo, la señora pasó varios días en Asturias
diciendo aquí y allá lo que quería sobre lo que le daba la gana sin que nadie
le parara los pies. Hablar es fácil.
En un instituto de enseñanza
secundaria, frente a un auditorio multitudinario de alumnado de diferentes
centros que estaba allí perdiendo de dar clase, a Guillermoprieto le apeteció
hablar de televisión. Juzguen ustedes si lo que dijo a los asturianos de quince
años ya lo saben los niños de ocho en Castilla y León: que las series
televisivas de moda que ensalzan a los narcos son peligrosas, que hay que tener
cuidado porque muestran un mundo fascinante, que el narcotráfico es algo muy
serio que no tiene nada de grandioso, que en realidad los narcos son pobres
seres miserables, tontos y sin educación, que su violencia es vulgar y carece
de ese halo que tiene en las series, que hacen un daño espantoso porque luego
hay chavales que solo aspiran a entrar en ese mundo.
Señora premiada y señores de la
Fundación: muy mal. Se han quedado cortos. No solo influyen en los jóvenes y
niños las series sobre el narcotráfico, influyen en todos nosotros. No solo
“Narcos” o “Pablo Escobar, el patrón del mal” educan (para bien o para mal)
además de entretener, todas las series lo hacen. No solo educan las series, lo
hace toda la ficción y la televisión y el cine y la música (ándale esos narcocorridos)
y el poblado entero. Así que no debería haber un encuentro con alumnos, sino
cientos, para que todos aprovecharan una mañana como nunca perdiendo alguna
clase para aprender algo esencial que no recoge el informe PISA. Un día excepcional
ante alguien libre que habla de quienes aún hoy mueren por hablar con libertad,
y que habla con libertad sobre lo importante que es hablar libremente. Porque escuchar
a personas como Guillermoprieto debería ocurrir al menos una vez en la vida de
cualquier estudiante. Y porque, en realidad, hablar no es tan fácil.
Mu bien, mu bien, mu bien, Bienamenteee
ResponderEliminarRosalia fake