3/10/18

EL VIAJE A ALGUNA PARTE


Una de las enseñanzas de la historia es que los seres humanos nos movemos mucho, y siempre nos hemos desplazado hacia lugares donde podíamos tener una vida mejor. No es una enseñanza difícil de entender. Yo la entiendo. Tú la entiendes. Él la entiende. Nosotros la entendemos. Vosotros la entendéis. Ellos la entienden. Por desgracia, algunos dirigentes políticos no la entienden. Matteo Salvini, para vergüenza de Europa, no entiende nada. Donald Trump, tampoco. Tienen que estudiar más. Mucho más. Pero lo que vale para los seres humanos también sirve para, por ejemplo, el cine. El cine se mueve mucho, y siempre se desplaza hacia lugares donde puede tener una vida mejor porque, si no fuera así, habría muerto en París después de los primeros pases de “Salida de  los obreros de la fábrica  Lumière en Lyon”, de los hermanos Lumière. En el caso del cine español, ese cine que durante décadas muchos asociaron a las “españoladas” protagonizadas por Paco Martínez Soria o Alfredo Landa, se ha ido desplazando de forma inteligente en busca de la supervivencia y, en la tele, se ha movido hasta ocupar durante mucho tiempo la noche de La 2. Después de programar casi novecientas películas españolas, “Historia de nuestro cine” llega a su fin. Pero el viaje continúa.

Los espectadores ya no podremos refugiarnos de la lluvia de operaciones triunfos y msterchéferes  en las agradables noches dedicadas al cine español en La 2, pero a cambio ganamos nuevas entregas de “Cachitos de hierro y cromo”, cine clásico, música en directo en “La hora musa” de Maika Makovski, documentales y, además, seguiremos teniendo una cita con el cine español los viernes y los domingos. Creo que no es justo el enfado de Enrique Cerezo (el productor dueño de los derechos de la mayoría de las películas emitidas en “Historia de nuestro cine”) porque los objetivos del formato de “Historia de nuestro cine” que nos ha acompañado desde mayo de 2015 ha conseguido sus objetivos, despertando a muchos espectadores del sueño dogmático de considerar “Vente a Alemania, Pepe” o las películas de la pareja Pajares-Esteso como el auténtico, y casi único, cine español. El cine sigue su viaje en La 2, buscando nuevos espacios, nuevos tiempos y una vida mejor. Como todos. Como siempre.

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