En mitad de la contienda política, tras semanas de discusión acerca del destino de los restos del dictador Francisco Franco, centenares de horas de debate en todos los programas de televisión, propuestas, contrapropuestas y recontrapropuestas del Gobierno, mamarrachas fascistas convertidas en figuras mediáticas, revivals de los nietos, tuits de los herederos políticos, bromas de “El intermedio”, denuncias judiciales de asociaciones franquistas contra las bromas de “El intermedio” y panteones catedralicios de acogida, Íker Jiménez y “Cuarto Milenio” nos recuerdan que los problemas siempre pueden empeorar, ser un poquito más irracionales, más estúpidos. “Claves ocultas del Valle de los Caídos, un lugar de magia y simbolismo”. “¿Es posible estudiar el Valle de los Caídos desde el lado de lo sobrenatural y lo esotérico? Sí”.
Alineaciones ocultistas con El Escorial; diez escalones ¡como en el Templo de Salomón!; a veces aparece el número cuatro, el número de la Tierra, a veces aparece el número tres, el número del Cielo; el proyecto inicial del lago frontal, masónico y egipciaco; la gruta y la montaña como escenario de todos los iniciados espiritistas; un triángulo mira hacia arriba, otro mira hacia abajo; ¿no sería todo un plan de Franco para regresar a la vida después de la muerte? El arcángel Uriel, grave y con la cara tapada, a la derecha esperando para llevar su alma ante Dios; la madera de enebro de la cruz interior, árbol que simboliza la protección ante lo diabólico y que eligió en persona el propio Franco.
Con la primera ola de frío del otoño, el mismo día que Vox reúne a diez mil personas en un mitin de Vistalegre y Bolsonaro obtiene casi la mitad de los votos en Brasil, los días se van haciendo mucho más cortos y quedan cada vez menos motivos para la esperanza. El arcángel Uriel, grave y con la cara tapada, a la derecha esperando a llevar nuestras almas ante Dios, que nos recriminará por qué permitimos esta mierda de programas de televisión.
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