Se anuncian para hoy importantes novedades en “Pasapalabra”. Al parecer, “Boom” está suponiendo una dura competencia para el veterano concurso de Telecinco, y Mediaset se ha puesto lo suficientemente nerviosa como para encargar que remodelen el programa de arriba a abajo, dejando únicamente el rosco final como nexo con el antiguo “Pasapalabra”. En una auténtica sociedad de libre mercado, Mediaset y Atresmedia harían un crossover a lo bestia enfrentando a sus respectivos concursantes, a Fran contra Los Lobos, como cuando DC y Marvel se unieron para enfrentar a Superman contra Spiderman; megapetazo de audiencia asegurado. Pero no: las leyes de la Unión Europea contra los monopolios son tolerantes con las compañías eléctricas, pero son especialmente inflexibles cuando se trata de concursos televisivos. Christian Gálvez y Juanra Bonet tienen prohibidísimo trabajar juntos.
Competid, competid, malditos. Así que hoy a la hora de la cena en Telecinco veremos un plató nuevo, nuevas pruebas que sustituirán a las anteriores. Van a renovar la realización, la infografía, las cortinillas, las melodías, maquillaje y peluquería, al público presente, al ausente, el catering y el tatuaje del antebrazo del presentador. Pondremos la tele y creeremos que Mediaset ha estrenado un concurso nuevo. Por un momento, pensaremos que el cambio es posible y un hilo de esperanza iluminará la preparación de la cena.
Pero será en vano. Llegará el rosco y comprobaremos que nada ha cambiado. Nuevas pruebas, colores e infografías, y Christian Gálvez seguirá diciendo “fallito” y “recuentito” cuando se refiera a las equivocaciones de los concursantes y a los resúmenes que el presentador realiza durante dicha prueba. ¿Para qué, para qué tanta nueva cabecera carísima, tanto trabajo de carpintería en el plató, si al final tenemos que seguir oyendo “fallito” y “recuentito”? Fallito y recuentito. El horror. Nada cambia nunca. Bueno, yo, que me cambio a “Boom”.
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