No se me ocurre ninguna forma de
justificar la existencia del programa “Amigas y conocidas”, así que solo puedo
alegrarme de su desaparición. TVE lo presentaba como una “tertulia de mujeres
que hablan de la vida sin tapujos”, y puede que hasta creyera que suponía un
avance en la lucha por dar más protagonismo a las mujeres para que accedan a
puestos tradicionalmente ocupados por hombres, algo que deben asumir incluso
los más reaccionarios, aunque solo sea porque nuestra sociedad no puede seguir dando
la espalda a la mitad de su població. Pero no lo era.
La presentadora, Inés Ballester, en su despedida se
presentó como víctima de una cancelación arbitraria e injusta: “Mujeres de diferentes sensibilidades,
diferentes trayectorias e ideologías cada mañana nos hemos sentado en una mesa
para hablar de la vida. Hemos dado espacio, tiempo y voz a muchas mujeres”.
Sí, a mujeres a las que se les daba visibilidad y total libertad para hablar y
decir lo que quisieran siempre y cuando se sometieran y aceptaran tratar de los
asuntos que el programa decidía que debían tratar, y que eran en su gran
mayoría temas ligeritos, banalidades, curiosidades muy cuquis, vestiditos,
pijaditas, y mucho cotilleo, famoseo y petardeo. Es dañino, muy dañino, creer y
hacernos creer que hablar de eso es “hablar
de la vida”. Eso es solo una parte de la vida superficial y menor que ni es,
ni debería ser, ni una tele pública debería presentar como un asunto propio de las
mujeres que estén en el plató, ni de las mujeres que ven la tele. Que durante
cuatro años hayan pasado por el aro “mujeres
de diferentes sensibilidades, diferentes trayectorias e ideologías” solo
profundiza la derrota que supone que cualquier mujer, por el hecho biológico de
serlo y al margen de su sensibilidad, trayectoria e ideología, deba aceptar un
planteamiento tan limitador, reaccionario y perverso.
Es una derrota defender desde la
tele pública que la vida no es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo
otros planes, como decía John Lennon,
sino ese batiburrillo de asuntitos de los que trataba “Amigas y conocidas”. Por
eso su desaparición es nuestra victoria.
ResponderEliminarHoy tu artículo te ha salido demasido moralista e intransigente lo que no concuerda con tu estrecho contexto mental.
A ver el de mañana si te sale menos rígido
Corrijo: Hoy tu artículo te ha salido demasido moralista e intransigente con lo que no concuerda con tu estrecho contexto mental.
ResponderEliminarA ver el de mañana si te sale menos rígido
Hola, Pepín el de Poreñu.
ResponderEliminarNo termino de entender dónde está lo moralista en el artículo; quizá sí veo intransigencia, pero eso es habitual en Antonio —intransigencia muy necesaria, normalmente, y de agradecer ante la estupidez que nos bombardea—, del que nunca diría que tiene un "estrecho contexto mental", sea eso lo que sea...
Saludos