La serie documental “El Nilo: río supremo” (La 2) nos lleva desde Ruanda al Mediterráneo a lo largo de 6.650 fascinantes kilómetros llenos, como diría Gerald Durrell, de bichos y demás familia. Les recomiendo el capítulo “La montañas de la Luna” para que conozcan a los cíclidos, una familia de peces con una enorme variedad de especies adaptadas a todos los rincones de los grandes lagos de África, y para que sepan lo que ha ocurrido en el lago Victoria desde los años 50 del pasado siglo tras la introducción por parte del hombre, para su explotación comercial, de la perca del Nilo. La perca del Nilo es muy voraz y, en un ecosistema sin depredadores, se multiplicó en el lago Victoria para regocijo de las numerosas fábricas de transformación de pescado que se instalaron en las orillas y de los pescadores de la zona, que vendían las percas a buen precio. Pero las percas casi acabaron con la población autóctona de cíclidos, hasta que las grandes percas demandadas por las fábricas comenzaron a escasear, dando así un respiro a los cíclidos. ¿Estamos hablando del lago Victoria, o de la televisión pública?
A partir de la introducción, para su explotación comercial, de la perca del Nilo en TVE, las diferentes especies de cíclidos adaptadas a cada rinconcito horario (retransmisiones teatrales, cine clásico en blanco y negro, debates en directo sin gritos ni mala educación, programas musicales, culturales o infantiles) fueron devoradas por ese depredador, de forma que las percas cada vez eran mayores y los cíclidos fueron desapareciendo hasta que su presencia en el lago Victoria se convirtió en testimonial. La población autóctona de una televisión pública no tiene nada que ver con la perca del Nilo, una especie invasora extraordinariamente dañina que reduce la programación televisiva a aparatosos concursos musicales o de cocina. El lago público televisivo necesita especies de cíclidos adaptadas a las diferentes necesidades de los ciudadanos, no de las empresas dedicadas a la transformación del pescado. TVE no puede empeñarse en ofrecer una programación compuesta de percas del Nilo, sino aspirar a que cada espectador encuentre su cíclido en forma de Estudio 1, películas de Tarzán protagonizadas por Johnny Weissmuller, actuaciones en directo de Nacho Vegas, programas de libros que no giren alrededor de Sánchez Dragó o dibujos animados que alegren el despertar de los niños sin idiotizarlos. ¿Ocurrirá como en el lago Victoria, y los cíclidos tendrán una oportunidad en TVE? ¿O acabaremos comiendo percas de menor tamaño?
Salvo que quieras hacer un juego de palabras para referirte a la voracidad y la muerte (parca/perca), entiendo que te refieres a la Lates niloticus (perca del Nilo) ¿no?
ResponderEliminarAún te queda ua corrección "de forma que las parcas cada vez eran mayores"
ResponderEliminarMuchas gracias... La parca es resistente...
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