En la radio se ve mejor el
telediario. “El patrimonio de las clases
medias crece, cuando crece, al uno o dos por ciento, mientras que la economía
corporativa anda cerca del 20. No es que sean más pobres, pero hay una minoría
que se va cada vez más lejos. Esa es la cuestión. Y entonces viene el
nacionalismo, porque nos cuesta mirar hacia arriba, y miramos hacia abajo: la
culpa la tienen los sirios que vienen, los africanos que cruzan el Mediterráneo,
y, allá en los EE.UU., los mejicanos. Miramos la mano de obra que puede venir
que nos está complicando, y no miramos la fabulosa concentración de la riqueza
que hay en la economía corporativa”.
El telediario escupe imágenes
fugaces que pasan rápido y se amontonan con las de años y décadas anteriores. La
radio va más despacio y da tiempo a mirar. “Estamos
planteando que el crecimiento es indefinido y eso es una mentira de nuestra
civilización. Pero tiene tal impacto cultural que los africanos están mirando
la vidriera del bienestar europeo y quieren abalanzarse sobre Europa. Y Europa
no entiende que hay que ir allá: hay que levantar África para que no venga.
Europa olvida lo mucho que saqueó África. Si le pagara no más que el interés de
la deuda histórica que le debe… Los gobiernos se cierran a eso. Se cierran así
como así a la inmigración, aunque Europa vomitó millones de hombres. España
vomitó un millón que cayó en Méjico, no hace tanto, pero se olvida. Y el alud
de italianos al Río de la Plata y a Estados Unidos... Y ahora Europa se asusta.
Sería más sencillo un plan Marshall para África”.
“Cinco continentes” es un
programa de información internacional de RNE que ilumina rincones que el
telediario deja a oscuras. El jueves entrevistó al expresidente uruguayo José Mújica y encendió todos los focos.
“El mundo no quiere hacerse cargo de lo
que ha desatado. Si los africanos estuvieran como hace 300 años viviendo de la
caza, la pesca y un poco de agricultura, no tendrían necesidad de emigrar. Pero
fue Occidente quien los metió en la cultura de Occidente. Les prometió algo que
no les dio. Y ahora no quiere asumir las consecuencias”.
Luz, más luz. “Daba la impresión de que caminábamos a un
mundo sin fronteras, y abruptamente reaparecen. Tal vez no sean otra cosa que
las cicatrices de la historia”.
1 comentario:
El presidente uruguayo se apellida Mujica, sin tilde
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