No hay derecho. Exijo justicia. Buena parte de la televisión veraniega consiste en reposiciones de espacios que ya se emitieron durante el otoño, el invierno y la primavera. “First dates”. “Ven a cenar conmigo Summer Edition”. Si “El hormiguero” y “El intermedio” repiten sus programas durante el verano yo reclamo poder repetir mis columnas. Justa reciprocidad. El verano es igual para todos. No estoy diciendo que no sea justo lo que hacen Atresset y Mediatrés durante los meses de julio y agosto. Pablo Motos y el Gran Wyoming produjeron los suficientes momentos divertidos de televisión durante la temporada 17-18 como para poder permitirse tener cubiertas sus espaldas catódicas mientras sorben lánguidamente una piña colada viendo el atardecer en las islas Tiki-tiki. Pero yo también he escrito buenas críticas sobre esos espacios, y también en una cantidad que pudiera justificar un poquito de por favor durante estos meses en donde la única novedad es que no hay absolutamente ninguna.
Exijo “625 ranas Summer Edition”. “625 ranas 3.0”. “625 ranas Summertime”. Yo también tengo derecho a estar desayunando un zumo de granada y un poco de pan con aceite de oliva en alguna terracita de algún lugar del Mediterráneo más inesperado, y comprobar con displicencia que ese día salió en el blog la recopilación de mis mejores frases sobre las series de la temporada, o las formas más ingeniosas que tuve de meterme con los gobiernos, las religiones o las pseudociencias, o las acusaciones más duras lanzadas contra Cárdenas, “Mujeres y hombres y viceversa” o las dobles pausas publicitarias de laSexta. Es cierto que a ustedes las entradas les sonarían repetidas, pero desde hace un mes todo en televisión -películas, magacines, concursos- ya ha sido visto y oído varias veces. ¿No tengo yo derecho a unas pequeñas reposiciones vacacionales en un momento en el que incluso los titulares de los informativos parecen una antología de los titulares más delirantes de la temporada 17-18?
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