Si tengo que elegir mi capítulo favorito de la serie documental “Antiguas superestructuras” (National Geographic), me quedo con el dedicado a Santa Sofía, en la actual Estambul. Los documentales de “Antiguas superestructuras” se centran sobre todo en los aspectos estructurales de los grandes monumentos de la antigüedad, de forma que los grandes personajes de la historia ceden, por una vez, el protagonismo a los ingenieros, arquitectos, matemáticos, técnicos y obreros que levantaron maravillas que todavía hoy nos asombran y conmueven en Petra, Egipto, Granada o Camboya. El emperador Justiniano no construyó la basílica de Santa Sofía, sino que ordenó construirla (el faraón Keops tampoco construyó la Gran Pirámide, ni los emperadores de la dinastía Flavia construyeron en Roma lo que hoy conocemos como Coliseo). Debemos conocer los intereses políticos, económicos e ideológicos de Justiniano, Keops, Tito o Vespasiano para entender mejor Santa Sofía, la Gran Pirámide y el Coliseo, pero también es justo y necesario conocer los nombres de Isidoro de Mileto y Antemio de Trales, que se enfrentaron a los descomunales desafíos técnicos que suponían la construcción de un edificio enorme coronado por una cúpula que parecía imposible, y entender así la importancia de los arquitectos, matemáticos y obreros que levantaron un edificio para mayor gloria de Dios, de Justiniano y de los turistas.
Por eso creo que la salida de Ronaldo del Real Madrid tendrá que ser estudiada dentro de unos años en un episodio de “Antiguas superestructuras”, y así podremos ir más allá de Florentino Pérez, de Andrea Agnelli, de los millones de euros y de los goles marcados por el portugués. Es fácil hablar del Justiniano del Madrid o de la Juve. Lo difícil es conocer a los Antemios y a los Isidoros del fútbol, para entender cómo es posible que las cúpulas construidas en las iglesias de Ronaldo, Messi o Neymar no se derrumben sobre un deporte que nació con la misma humildad que el hijo de José y María en Belén. Las ingeniosas e innovadoras reformas ideadas por Isidoro el joven, sobrino de Isidoro de Mileto, tras los terremotos que derrumbaron la cúpula de Santa Sofía salvaron un monumento que podría haber terminado como cantera. Sospecho que se avecina un terremoto en el fútbol que pondrá patas arriba este deporte de cúpulas inmensas. ¿Quién será el Isidoro el joven que lo salve de la ruina?
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