¿Cuánto tiempo tarda en descomponerse un programa basura que se retira de la programación? ¿Cómo se manejan esos residuos? Una botella de plástico arrojada al mar tarda en degradarse unos quinientos años, y provoca terribles problemas a los animales que tengan la mala suerte de cruzarse con ella. Lo mismo tarda un pañal desechable olvidado en un monte. Un tetrabrick tarda unos treinta años. Un chicle, cinco. Una colilla, dos. Esa pila del mando a distancia que fue tirada a la basura normal no se habrá degradado hasta el año 3018. Pero esto no es exclusivo de la basura doméstica: concretamente, ¿cuánto tiempo tardará en descomponerse “Ahora, la Mundial”, la fallida tertulia, el cruce quimérico entre “Sálvame” y “El chiringuito”, que Telecinco ensayó durante un único día y retiró a la vista de su fracaso? ¿A qué contenedor se arrojó? ¿Cuánto tiempo habrá de pasar para que las chorradas que dijeron Kiko Matamoros o Alessandro Lecquio dejen de seguir contaminando el pensamiento de los que las consumieron?
Según un reciente estudio publicado en “Nature”, la isla de basura que flota a la deriva en mitad del Pacífico ha crecido espectacularmente durante los últimos años y ya triplica el tamaño de Francia. En algún sitio, no del ecosistema marino, pero sí del ecosistema de los rayos catódicos, ha de haber una isla formada por toda la basura que la cadena de Mediaset ha vertido al espacio radioeléctrico en los últimos años. Como en el cuento de la rana y el escorpión, Telecinco produce basura, incluso cuando ella misma se ve perjudicada por hacerlo, incluso cuando maneja contenidos no desechables como el Mundial de Rusia. No tiene elección; es su naturaleza. La cara de Joaquín Prat cuando vio los gestos que hacía Camacho para no intervenir en su programa seguirá errando vagabunda por el espacio durante cien, quinientos, mil años antes de descomponerse. Algún día veremos fotos de alguna pobre tortuga que metió la cabeza en ella y quedó atrapada para siempre.