Realidad del Norte debería apagar
los altavoces con los que apunta a Realidad del Sur. Eso no supondría el fin de la
guerra que enfrenta a ambos sistemas, pero sí una muestra de distensión tras la
escalada vivida estos años. Fue en 2000, con el lanzamiento del misil “Gran hermano”
por Realidad del Norte, cuando comenzaron unas hostilidades que hasta
hoy hemos sufrido y seguimos sufriendo millones de telespectadores inocentes
atrapados en este conflicto no resuelto que ha separado a compañeros, amigos y
familias a un lado y otro de la frontera.
Realidad del Norte mantiene un
férreo control sobre su población, sometiéndola desde hace lustros a un intenso
adoctrinamiento encaminado a construir una realidad paralela e ilusoria, que ellos
denominan “reality show”, o
simplemente “reality”. El “reality” no es una simple narración
fantástica ante la que el espectador acepta voluntariamente suspender su
incredulidad de forma transitoria. El “reality”
no permite evadirse, explorar o experimentar situaciones más o menos fantasiosas
e irreales. El poder de Realidad del Norte procede de que el “reality” va mucho más allá. Actúa de
forma coordinada y por oleadas trimestrales en las que la aparente diversidad
de cada nueva entrega con diferentes planteamientos y personajes de quita y pon
oculta un mismo mensaje engañoso y machacón. Envueltos por estas sucesivas
capas, los espectadores acaban inmovilizados y sometidos a la realidad irreal
de Realidad del Norte.
Esta situación no puede
prolongarse más. Se hace necesario abrir un período de distensión entre
Realidad del Norte y Realidad del Sur. Representantes de ambas Realidades deben
reunirse en la frontera y darse la mano sonrientes, por muy ridícula que
parezca la escena. E, inmediatamente, ha de llegar la retirada de altavoces.
Ese incordio constante y a todo volumen de propaganda y embustes que invade
nuestras casas lanzado al aire desde el territorio de Realidad del Norte debe terminar.
Quién iba a pensar que el flipado de Kim
Jong-un acabaría resultando un ejemplo para nadie.
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