Viva el rey que tiene sentido del
humor. Viva el rey que se ríe de sí mismo. Viva el rey que se pone en los
zapatos de quienes no somos reyes, de quienes siendo funcionarios nos reímos
con los chistes de funcionarios (un abrazo, Forges), y siendo futboleros nos reímos con los chistes de
futboleros (otro abrazo, Forges), y siendo feúchos y poca cosa nos reímos con
los chistes de señores feúchos y poca cosa (un millón de abrazos, Forges).
De esta sorprendente, moderna y
maravillosa forma terminó la emisión del programa “Audiencia abierta” que, cada
sábado, dedican La 1 y Canal 24 horas a la Familia Real: “Terminamos con una sonrisa, Audiencia Abierta salió el miércoles en “El
Jueves”. La legendaria revista satírica, en su sección “Abierto en canal”,
recuerda que todas las semanas hay un programa en TVE que se dedica a hablar
durante media horaza del rey. “El medievo en tu salón”, reza el subtítulo. Seis
viñetas en las que la publicación gráfica describe, bajo su peculiar lupa
humorística, su visión ácida y crítica del rey, su actividad, la monarquía y
este programa. Siempre es bien recibida la crítica, sobre todo si se hace desde
el humor, el ingenio, la gracia y la sátira. Gracias compañeros. Ya sabéis os
vemos y os seguimos”.
Así que sigo. Viva el rey que hoy
elogia “El Jueves” cuando hace unos años consintió su secuestro; que elogia el
humorismo días después de que una jueza condenara a “Mongolia” porque Ortega Cano resultó ser un viejo torero
incapaz de torear su propia caricatura; que es menos servil con la monarquía
que los monárquicos; que defiende la libertad de expresión aceptando que se
haga humor con su figura, digan lo que digan jueces y leyes; que está más
preocupado de que su real persona tenga los pies en la realidad que en la
realeza; que saluda a humoristas y dibujantes; que despeja caminos para que transiten
libres la parodia y la sátira; que se complace con el bufón poco complaciente
que no busca su risa sino la del pueblo soberano; que asume la mayoría de edad del
pueblo para gobernarse y reírse de lo divino y de lo humano, de lo sublime y lo
prosaico, de Dios, de la patria y el rey.
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