Escribir un libro, tener un hijo
y plantar un árbol está bien. Pero la vida buena y feliz estriba en tener un
libro, conocer un amigo gay y disponer de una cadena de televisión.
Teniendo un libro puedes avisar a
tus allegados para que no estropeen fiestas y aniversarios cayendo en la tonta
redundancia de regalarte otro. Un libro (ojo: solo uno) es el mejor parapeto
para que no te disparen con más libros.
Conociendo un amigo gay puedes decir
todas las barbaridades homófonas que te pida tu propia crapulencia: si te acusan de homofobia, lo niegas aduciendo que
tienes un amigo gay. Un amigo gay es el mejor parapeto para disparar
barbaridades.
Disponiendo de una cadena de
televisión ya eres el rey del mundo. No es necesario que sea de tu propiedad,
basta que esté a tu servicio. Es el mejor parapeto para todo.
Pongamos que eres presidenta de
una comunidad autónoma, pongamos que descubren algún problemilla con tu
expediente académico, pongamos que hablo de Madrid. Puedes optar por no
comparecer en el pleno de la Asamblea, entrar por la gatera para esquivar a las
cámaras, y no responder a las preguntas para evitar a los medios. Pero luego no
podrás contrarrestar tanta huida con un comunicado y un vídeo en Periscope. Y
menos si Buenafuente, Wyoming y Dani Mateo (qué dañino es el humor) atizan el escándalo en directo con
sus bromitas desde las cómodas poltronas de su programa diario en una empresa
privada. Una tele a tu servicio es aquí muy útil. Media hora al teléfono en “El
cascabel” de Trece, donde no tienes que hacer nada porque ya te lo dan todo
hecho, es el mejor parapeto para simular que das la cara y no hay nada que
ocultar.
¿Y si corres peligro de que te
reprochen que tus palabras vacías cansan, o que tus discursos no dan esperanza y
disparan contra ese momento histórico en que España empezaba a caminar libre de
aquel Caudillo por la gracia de Dios?
Puedes utilizar la Misa de La 2 como Juan
Antonio Reig, obispo de Alcalá, de parapeto para disparar contra el mal que
trajo a España la Movida (recordemos: Transición=bueno, Movida=malo), y ser tú
quien lamente que “En España estamos
cansados de palabras vacías, de discursos que no vivifican la esperanza”.
O sea, que un libro y un amigo
gay molan, pero como una tele a tus pies no lo hay. Y si no hay que rendir
cuentas ante nadie porque unos amigos te pagan la ronda, mejor que mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario