29/3/18

¡TÍA BUENA!


El último “RTVE responde”, que La 2 dedica a quejas de los espectadores, hubo una sobre este documental de monos: “En la naturaleza, la supervivencia lo es todo. Este grupo de solteros errantes busca hembras con desesperación: el impulso de transmitir los genes es uno de los instintos más poderosos. Después de caminar un día entero, encuentran lo que buscaban, pero hacerse con el control de este apetitoso tesoro no va a ser fácil. Un macho alfa gobierna este harén…”.

He aquí la queja: “El guion es extremadamente machista, muy molesto de oírlo. Y peligroso si lo escucha una persona que no respete de la misma forma al hombre y a la mujer. No se puede permitir esa normalidad, se debe explicar con otras palabras. Ustedes, los medios de comunicación, por su gran influencia sobre el público, deben aprovechar para impedir que se repitan patrones erróneos, y aprovechar que se difundan valores en la sociedad”. ¿Tiene razón?

Los malvados leones asesinos no comen pobres jirafas indefensas que épicamente huyen de sus amenazadoras fauces sedientas de sangre. Las malvadas jirafas asesinas no comen pobres acacias indefensas que aterradas ven que no pueden huir de sus amenazadoras fauces sedientas de savia. Las malvadas acacias asesinas no matan de hambre con su malévola sombra a las pobres hierbas indefensas que agonizan bajo su negra copa. Las malvadas hierbas egocéntricas no absorben pobres minerales disueltos en agua indefensa con sus amenazadoras raíces sedientas de nutrientes. Las cosas no son así, aunque es habitual caer en la tentación de explicar la naturaleza con categorías humanas. Ocurre incluso en los mejores documentales sin darnos cuenta. Por eso debemos estar alerta para no caer en explicaciones épicas, líricas o morales de una realidad que, no siendo humana, no es épica, lírica ni moral. En la naturaleza no hay machismo ni feminismo porque la igualdad es ahí un espejismo humano. Un naturalista no debe difundir valores en la sociedad, como pide la espectadora, debe describirla y explicarla. El peligro es el antropocentrismo. Unos monos buscando hembras no son unos machistas defensores del heteropatriarcado falocentrista. Son una manada, no “La Manada”.

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