Para bien o para mal, pocas cosas reflejan mejor la evolución de nuestro país en los últimos veinte años que la comparación entre la pareja que formaron Chenoa y Bisbal en el “Operación Triunfo” de 2001 y la pareja que forman Amaia y Alfred en el “Operación Triunfo” de 2018. Chenoa jamás se hubiera enamorado de Alfred. Bisbal jamás se hubiera enamorado de Amaia. Los que votaron a Chenoa y a Bisbal en 2001 -vale, en aquella ocasión ganó Rosa, ya lo sé, pero es que si no no me sale la columna- jamás de los jamases hubieran votado a unos lánguidos melifluos como Amaia y Alfred. Los que votaron a Amaia y Alfred en 2018 hubieran preferido quedarse sin wifi antes que votar a unos pastiches mainstreameros como Chenoa y Bisbal. El abismo generacional de la España actual no tiene que ver con tatuajes, piercings o barberías. Ni con senyeras contra esteladas. Ni con Almodóvar contra los Javis. El verdadero abismo generacional de la España actual -vale, no es una generación, sólo pasaron dieciséis años, no hay que ser tan tiquismiquis- es el que enfrenta a Chenoa y Bisbal contra Amaia y Alfred.
Chenoa y Bisbal eran jóvenes. Amaia y Alfred son adolescentes. Chenoa y Bisbal triunfaban entre los adolescentes. Amaia y Alfred triunfan entre los niños. Chenoa y Bisbal eran unos redomados horteras. Amaia y Alfred son unos cursis disneyficados. Chenoa y Bisbal se enfrentaban a José Ramón Pardo en el jurado. Amaia y Alfred se enfrentaban a Mónica Naranjo. Chenoa y Bisbal tuvieron una destacada carrera musical tras el concurso. Amaia y Alfred no la van a tener. Chenoa y Bisbal tenían en la potencia la principal virtud de su voz. Amaia y Alfred la tienen en el buen gusto. La España de 2001. La España de 2018. Sólo hay dos cosas, dos, en las que las dos parejas se parecen: ambas vivieron historias de amor de una levedad irritante y ambas hicieron ganar mucho, pero que mucho dinero a Gestmusic. El amor y el dinero, las eternas motivaciones, tendiendo puentes entre las generaciones de nuestro país con el macguffin de la música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario