3/1/18

SOPLANDO EN EL VIENTO


Observar la historia a través de la música es una idea fantástica, así que cada capítulo de la serie documental “Soundtracks: las canciones que hicieron historia” (MXtra) no sólo es fantástico, sino que debería utilizarse en los institutos en clase de historia, de música, de inglés y también de matemáticas, de física y hasta de latín. En el primer capítulo de la serie, los espectadores caminamos entre las sombras y cenizas de lo que fue la guerra del Vietnam y nos cruzamos con “War”, de Edwin Starr, una de las pocas  canciones antibelicistas que fue un gran éxito; nos enteramos de que el himno por antonomasia de los soldados estadounidenses era “We Gotta Get Out Of This Place”, de The Animals; y comprendemos por qué en aquel horror que fue la intervención militar estadounidense en Vietnam la música estaba por todas partes y la llegada de nuevos soldados era la oportunidad de escuchar el último disco de Crosby, Stills y Nash. Cada momento histórico del terrible y a la vez deslumbrante siglo XX tiene su banda sonora. De la guerra del Vietnam a la llegada del hombre a la Luna, y de la lucha de Martin Luther King por los derechos civiles al huracán Katrina. Bien. Sólo una precisión.

Se puede observar la historia a través de la música, sí, pero me pregunto qué escuchaban los cientos de miles de soldados vietnamitas que morían en una guerra que al menos ellos, a diferencia de sus enemigos estadounidenses, entendían. ¿Quiénes eran los Edwin Starr, los Animals, los Crosby, Stills y Nash de los vietnamitas? Impresiona y conmueve ver el monumento en Washington D. C. con los nombres de los casi sesenta mil estadounidenses muertos o desaparecidos en la guerra de Vietnam, pero me pregunto cuál fue la banda sonora que acompañó a los millones de vietnamitas que murieron en una guerra que no puede reducirse a lo mucho que los soldados estadounidenses echaban de menos su hogar cuando escuchaban “We Gotta Get Out Of This Place” y gritaban que tenían que salir de ese lugar. Los soldados de Estados Unidos querían salir de Vietnam y los soldados vietnamitas querían que se fueran. En eso estaban de acuerdo. ¿Por qué, entonces, tantos muertos? La respuesta, como casi siempre, está soplando en el viento.

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