Ay. Un “Telediario” informando
del éxito del “Telediario”, del gran seguimiento que tiene, de su buena
audiencia. Mala cosa. ¿Y si los datos que da son ciertos, si es verdad que
recupera seguidores, si los audímetros cantan y las nubes se levantan?
Entonces, peor.
La guerra de la audiencia no
puede ser la guerra de TVE. Y mucho menos si se trata de sus informativos, la
columna vertebral del servicio público que le da razón de ser. TVE no debería
abrir el año presumiendo de unos datos parciales cogidos por los pelos del mes
anterior que la favorecen. Es alucinante que un informativo demuestre cómo
manipula la información precisamente manipulando los datos para presentarse
como vencedora cuando el informativo más visto es de la competencia.
En vez de cocinar los datos que
le permiten dar a entender que está ganando la guerra cuando solo gana
batallas, TVE debería centrarse en si ha estado en todo momento donde debería
estar —y no ha sido así—, si ha realizado los especiales informativos más
completos y exhaustivos del panorama televisivo —y no ha sido así—, si ha demostrado
lo bien que sus directivos aprovechan el hecho de ser la cadena con un más
numeroso y más veterano equipo humano dotado de los más costosos y sofisticados
medios técnicos —y no ha sido así—, si ha tenido la mayor capacidad de reacción
ante los giros y acontecimientos de la tensa y cambiante situación política que
hemos vivido —y no ha sido así—, si ha contado con las mesas de debate más
plurales, los analistas más variados y los invitados más heterogéneos —y no ha
sido así—. TVE, en fin, debería poder desmentir a Miguel Ángel Revilla, que se permitió el lujo de decir en laSexta
que no cree en las televisiones públicas porque son la voz de su amo y él mismo
está vetado en TVE. Pero, no, desgraciadamente, TVE no puede.
Un destello: Canal 24 Horas fue
la única cadena que el día 31 informó en directo del hallazgo del cadáver de Diana Quer. Así debería ser TVE: la
primera informando siempre.
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