¿Conocen esas ridículas fórmulas que convierten la edad de los perros en la edad de los perros si fueran personas? Sí, amigos, yo tampoco he comprendido nunca el concepto “la edad de los perros si fueran personas”, pero hoy no pretendo enfadar a los animalistas -mmm, es siempre tan tentador…- sino a los seguidores de “The Big Bang Theory” -ouch, duele, yo soy uno de ellos…-. Tras arduos doctorados en matemáticas inferenciales bayesianas, he creado un algoritmo que convierte la edad de una serie en la edad de esa serie si fuera una persona. Con los perros basta con conocer su raza y su edad actual. Con las series es más complicado: hay que conocer el género, la edad de los protagonistas, la evolución de las tramas y las operaciones quirúrgicas a las que ha sido sometida desde su nacimiento. Pero lo he logrado.
Y los resultados llaman la atención. “Westworld”, con una temporada, ya es una interesante cincuentañera. “Stranger things” envejeció cinco años en su T1 y veinticinco en su T2. “Black mirror” ya tiene más pasado que futuro. “Juego de tronos” acaba de entrar en la tercera -y esperemos que última- edad. A “The handmade's tail” le espera dentro de unos meses una interesante adolescencia. “The walking dead” está más muerto que los walking dead, y a diferencia de ellos ni resucita ni se transforma ni nada.
Y “Big bang”, nuestra querida “Big bang”, ya es una venerable ancianita viviendo sus años eméritos. Sus personajes siguen vistiendo como teenagers, pero a la serie y a su entrañable humor le duelen las articulaciones, ha perdido oído y le han empezado a salir pelos en las orejas. Se adapta mal a los cambios y desde hace un par de temporadas las tramas y los diálogos se mueven con mucha más torpeza que antes. Si “Big bang” fuera un gran danés tendría ya trece años, y si fuera una persona rondaría los noventa. Habrá que empezar a pensar en despedirla. El spin-off “El joven Sheldon” debería mantener el nombre de “The big bang theory”, y “The big bang theory” debería pasar a llamarse “El viejo Sheldon”.
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