Diciembre de 2018 ha sido el mes más importante de la historia de la televisión durante las últimas décadas. No exagero. Ha sido durante estas semanas cuando han aparecido dos obras que, por motivos diferentes, incluso opuestos, van a marcar el futuro de este medio durante muchísimos años. En ellas está la clave de los dos caminos que puede tomar la televisión a partir de ahora. Y las dos, y esto no es trivial, han aparecido en la plataforma Netflix: “Roma”, la película de Alfonso Cuarón, y “Bandersnatch”, el nuevo episodio de “Black mirror”.
O arte o tecnología. De “Roma” no cabe más que confirmar las críticas mundiales: a su término uno no duda de que ha visto una de las más importantes películas de la historia. Compleja, rigurosa, sobria, verdadera. Magistral. Chirría que estas críticas estén apareciendo en foros -revistas, páginas web- vinculados al cine, cuando “Roma” es una obra televisiva, nacida en, por y para la televisión. Y de “Bandersnatch” también habrán oído hablar: el primer capítulo interactivo de la historia, en donde la acción va variando según ciertas opciones que se le presentan al espectador a través del mando a distancia. ¿Pero de qué trata? ¿Tiene interés al margen de la novedad técnica que supone? Bueno, eso por ahora es secundario.
La tensión entre aspectos formales y de contenido ha marcado históricamente el desarrollo de todas las artes, pero más el de aquéllas que manejan un material altamente tecnológico. Ocurrió en el cine con la aparición de los efectos digitales, y va a ocurrir más a menudo y de formas conceptualmente más radicales en televisión. Las grandes empresas siempre han sabido fabricar a la vez una marca y su competencia, y es en el interior de Netflix donde se va a producir esta primera batalla entre sensibilidad y técnica. Estaremos atentos, porque, teniendo en cuenta la tendencia al monocultivo que tienen las productoras, es posible que en la suerte comercial que corran “Roma” y “Bandersnatch” nos estemos jugando el propio futuro de la televisión. Feliz Netflix. Feliz 2019 y el resto del futuro.