Un oso. Ahora resulta que el Yeti,
el abominable hombre de las nieves, es un osito como los de gominola. Un puñetero
oso que no es abominable, que no es un hombre, y que, eso sí, después de nevar
es de las nieves.
¿Va a ponerse colorado Íker Jiménez por meter tanto mieditis con
un coco que acabó siendo un osito, va a dedicar el “Cuarto milenio” de hoy a
pedir perdón, va a donar a “Biólogos sin Fronteras” tooodo la pasta que ganó
con monsergas sobre un simple oso del que dijo tantas y tantas tonterías, como
que es un “eslabón perdido de homínido”?
No. ¿Va a devolver a su incauta audiencia toooodo el tiempo que les robó
contándoles ridículos cuentos para niños que no se quieren tomar la sopa? No.
¿Va a dejar de dar la matraca tooodas las semanas hablando de esta y otras pamplinas
apoyándose en fotos borrosas, testimonios imprecisos de personajes con afán de
protagonismo, y supuestas investigaciones que nunca descubren, explican y
averiguan nada, incluido que el Yeti es un puñetero oso? No, no y no.
Jiménez ni siquiera tendrá la valentía
de reponer hoy en “Cuarto milenio” alguna de las muchas veces que se alimentó
del mito del Yeti. Como cuando salió al lado de un muñecote peludo de dos
metros y cara de orangután (el muñecote): “Las
huellas de este ser, sea lo que sea, demuestran un peso, una envergadura
descomunal; las piernas, robustas; un tronco que demuestra que estamos ante un
individuo absolutamente imponente; y todo este retrato enmarcado por una cabeza
que a veces implora justicia, causa tristeza, pero en otras ocasiones lo que
genera es terror, un terror que les aseguro que si nos acompañan quizá sientan,
porque en nuestra ‘Mesa del misterio” vamos a tener a exploradores españoles
que hace bien poco se han encontrado con algo muy parecido. Acompáñenme en
busca del Yeti”.
Dos conclusiones. Una, que además
de que no se enteró de que hace muchas décadas dejó de hablarse del “eslabón
perdido” en la evolución humana, tampoco sabe lo que significa “envergadura”. Y
dos, que los espantajos de cocos, gigantes y extraterrestres de goma le gustan
tanto como la mala literatura.
Vamos a ver, tonto a las tres, lo del oso y el lobo ya lo dijo el mismo iker en radio y tele antes que Tú.
ResponderEliminarO eres Íker o no pierdes detalle de lo que dice, no sé qué es peor.
ResponderEliminarSuponiendo que no lo seas, infórmanos, por favor, de cuándo se va a poner colorado, cuándo va a devolver el dinero, cuándo va devolver el tiempo, cuándo va a dejar de hablar de eslabones perdidos, cuándo va a dejar de dar la matraca con fotos borrosas, cuándo va a buscar “envergadura” por el diccionario y cuándo va a reconocer que nunca investiga, explica ni averigua nada porque vive de hacer justo lo contrario.
No sé si te compraste en la sección “Magia, fantasía y protección” de su web (www.navedelmisterio.com) la “Vitrina Bigfood Yeti” (a lo mejor la compraste junto con las vitrinas “Sirena momificada”, “Cuerno unicornio” y “Hada disecada” porque hacía descuento comprar varias de las “Piezas que velan por nosotros”). Asegura contener esto: “Huella Bigfoot 20cm. Fotografías, dibujo, muestras pelo Yeti más historia”. ¿“Muestras pelo Yeti”? ¿Lo coge del desagüe del lavabo cada vez que el Yeti se peina? ¿También dijo algo de estos timos en la radio y en la tele antes que yo? ¿También va a devolver este dinero?
Gracias por mantennos informados, anónimo listo a las cuatro.
No seas malo, Antonio, no te cebes con los pobres desgraciados que ven y, encima, se tragan, toda la bazofia que excreta el tontolaba del cuarto... cuarto... cuarto... milenio —grande, José Mota— porque es perder el tiempo. ¿Cómo era eso? Es como darles de comer margaritas a los cerdos...
ResponderEliminarSaludos